Los objetos funcionan como un medio de identificación social y es a través de ellos que nos damos una cierta idea de lo que son las personas y sus formas de vida. Baudrillard expone en su libro el Sistema de los objetos los significados que tienen los artefactos que utilizamos en la vida diaria, y cómo estos a lo largo de la historia van cambiando su funcionalidad y significado.
Desde tiempos remotos, en culturas como la maya o egipcia, el significado de los objetos tenía una importancia básica, ya que cuando las personas morían las enterraban con objetos de gran valor sentimental para que su alma no viajara sola al otro mundo y pudieran disfrutar aun estando muertos.
Muchos años después, cuando arqueólogos descubrieron las tumbas de estas culturas antiguas, notaron que la sociedad se representa a través de objetos, con los que se puede descifrar un poco la personalidad de quien ya pasó a otra, y no sabemos si mejor vida.
Los actores y actrices de Hollywood, representantes del arte y la música, son guías para la sociedad moderna y contemporánea. Con su trabajo alimentaron lo que después se convertiría en fenómenos como el cine, la fotografía y la música. Estos ídolos también tenían objetos de identificación con lo que desearon ser enterrados al momento de ver la luz para no regresar nunca más.
Frank Sinatra y una botella de Jack Daniels
Las grandes interpretaciones que hacía Frank Sinatra tenían como base dos dedos de whiskey con hielo y un poco de agua. Al momento de morir, Frank fue enterrado con una botella de Jack Daniels, ya que ambos tenían una relación importante y fue, sin duda, una de las más importantes de su vida.
Tony Curtis y su iPhone
El mítico actor nacido en Nueva York tuvo una vida de rotundos éxitos y trabajos con grandes directores de cine incluidos Stanley Kubrick y Roman Polanski. El actor que murió en Las Vegas en 2010 quiso ser enterrado con su iPhone, un sombrero Stetson, guantes para conducir y una copia de la novela Anthony Adverse que inspiró a su nombre artístico.
Humphrey Bogart y un silbato de oro
Lauren Bacall fue uno de los grandes amores de Bogart durante los años dorados de Hollywood. Juntos hacían explotar la pantalla y las calles de Bervely Hills. Bacall decía que Humphrey sabía como silbar y le regaló un silbato de oro en honor a su encuentro. Cuando Bogart murió en 1957, Bacall se encontraba devastada y sólo puso el silbato en el ataúd diciendo: “si necesitas algo, sólo silba”.
Roald Dahl: tacos de billar, lápices HB, una sierra mecánica y vino tinto
El autor de Charlie y la fábrica de chocolates murió en 1990, y no enterrarlo con sus lápices HB hubiera sido un gran error, ya que con ellos escribía todas las magnificas historias que se han un convertido en un clásico de lectura para niños.
Leonard Bernstein y una copia de Alicia en el país de la maravillas
El compositor, pianista y director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York siempre viajaba con una copia de la obra de Lewis Carroll. Su viaje al otro mundo también tenía que estar acompañado de la fantástica historia sobre Alicia.
Ronnie Van Zant: cañas de pescar y el sombrero que lleva su nombre
Después de un terrible accidente de avión, el vocalista de la banda Lynyrd Skynyrd fue enterrado con su clásico sombrero y su caña de pescar favorita.
Bela Lugosi y una capa de Drácula
El icónico actor que interpretó a Drácula en 1931 quiso que le dieran la capa a su hijo, ya que la que utilizó en la película era muy pesada. La capa con la que fue enterrado era la que usaba en actos públicos, la real fue vendida en 2011.
Bob Marley su roja Red Paul y marihuana
Cuando Bob Marley murió todos se preguntaron cómo fue su funeral; al final se supo que lo enterraron con su icónica guitarra roja Red Paul y un “churro” de marihuana.
Andy Warhol: algunas revistas Interview y una botella de perfume Estée Lauder
Nadie de la familia de Warhol acudió a su funeral. Su amiga incondicional Paige Powell fue quien hizo todo lo necesario para que el artista del arte pop fuera recordado como lo merecía. Andy fue enterrado con varias revistas Interview y una botella de Beautiful de Estée Lauder, perfume que Andy uso por tres meses, tiempo que usaba un perfume para después, con el aroma, recordar qué había vivido en ese momento de su vida.
Elizabeth Taylor y la última carta de amor que le escribió Richard Burton
El amor entre Taylor y Burton fue uno de los más apasionados y fuertes de Hollywood, pero uno de los más discretos de Elizabeth. Burton le escribió la carta tres días antes de morir y se le entregaron cuando ella llegó del funeral de Richard. La guardó a un lado de su cama hasta el día de su muerte en la que fue enterrada con ella.