Ser rico y famoso no es para cualquiera. Aunque parezca ser el ser sueño de todos los mortales, convertirse en una estrella de Hollywood tiene su lado negativo. O al menos puede resultar una molestia, como es el caso de Kate Winslet.
La actriz dialogó con el Wall Street Journal y comentó que siempre se ha sentido incómoda en el papel de celebridad y que nunca ha vivido como una. Incluso reconoció que guarda en el baño su Oscar a Mejor Actriz -obtenido en 2009 por su rol protagónico en The Reader– para que sus visitantes jueguen con él frente al espejo: “Todos pueden ir y agarrarlo, y decir ‘quiero agradecerle a mis hijos, y a mis padres’. Y siempre te das cuenta cuando alguien lo ha hecho, porque se demoran un poco más después de tirar la cisterna, y salen con la cara un poco colorada”.
Sus declaraciones no pueden tomarse con sorpresa: Kate Winslet siempre ha sido un bicho raro en el mundillo hollywoodense; no ha pasado nunca por un cirujano plástico, está en contra de los efectos del Photoshop y es impulsora de que las mujeres sean mostradas tal cual son en las publicidades.
En cuanto a los medios y su apariencia física, Winslet dejó entender que estaba cansada de que analizaran su aspecto: «Hace un par de horas, mi representante me envió un artículo del Daily Mail en el que un periodista decía que se me veía más delgada y se preguntaba cómo había hecho para adelgazar tanto después de haber tenido un bebé. También especulaban sobre si he usado bótox; esto último es cien por ciento mentira. Y sobre mi peso… Hace 18 meses que fui madre; está claro que en algún momento me iba a recuperar».
Con respecto a su vida privada, la actriz de 39 años comentó que está muy feliz en su tercer matrimonio: “Mi marido Ned Rocknroll lo es todo para mí”. Es la primera pareja conocida públicamente de Winslet que no se relaciona con el mundo del cine: su primer marido, Jim Threapleton –con quien tuvo a su primogénita, Mía, a los 25 años- y su segundo esposo Sam Mendes, eran ambos cineastas.
Winslet nunca hizo ninguna declaración sobre sus rupturas, aun cuando alrededor de ellas se esparcieron innumerables rumores: “Nadie sabe realmente lo que ha sucedido en mi vida. Estoy orgullosa de esos silencios».