Cuando Jess, una madre embarazada, descubrió que uno de sus gemelos tenía anencefalia – un defecto de nacimiento que significan que su cráneo y cerebro no se desarrollarían – ella y su esposo quedaron destrozados.
Cuando tenía 12 semanas de embarazo, se enteró que su hijo moriría en su vientre, al nacer o solo viviría por unas horas. Le ofrecieron abortar, pero ella y su esposo Mike decidieron continuar con el embarazo.
“Pensamos que si tan solo pasamos un momento con el, o 10 minutos o una hora, sería el tiempo más preciosos que podríamos experimentar”
A pesar de que les dijeron que sería casi imposible, la pareja tomó la difícil decisión de tratar de donar los órganos del bebé – Algo que nunca se había hecho con un bebé.
Cuando Teddy nació junto a su hermano Noah, la familia estuvo junta por solo 100 minutos antes de que Teddy mueriera.
Pero un poco después de su muerte, los cirujanos en Cardiff lograron completar la operación de transplante, convirtiendo a Teddy en el donante más joven del Reino Unido. Sus riñones y válvulas cardiácas fueron usados para salvar a pacientes muy enfermos.
Cuando la historia de Teddy se hizo viral, hubo un incremento del 378% en personas que se enlistaron para ser donantes de órganos – Y el pequeño Teddy fue honrado en los Premios Británicos.
“Saber que logró hacer tanto bien, más del que muchos de nosotros haremos en todas nuestras vidas – Es demasiado sobrecogedor lo orgullosos que estamos de él”