Frida Kahlo es una de las artistas mexicanas más reconocidas de todos los tiempos. Su sensacional pintura que refleja sus sentimientos, y su apasionante y tormentosa vida, la han convertido en ícono de la cultura en México. En su pintura, siempre expresó su arraigo a las tradiciones y la cultura mexicana, expresó sus sentimientos y el dolor de estar postrada debido a un accidente que le provocó un choque de tranvía.
Sin embargo, en cuanto a sus amores, Frida no sólo se centró en México; personajes rusos, alemanes, franceses, japoneses, y españoles se colaron en su corazón. Algunos permanecieron tan sólo un instante, pero otros, robaron su aliento, tambalearon su ser y postergaron su salida hasta su último suspiro.
Frida y Diego eran grandes anfitriones de fiestas en su casa de Coyoacán y alojaron a grandes personalidades en sus habitaciones. Hombres y mujeres que huyeron de los conflictos políticos de un mundo convulso como André Bretón o León Trotsky, un hecho Frida aprovechó para entablar más que una amistad. Te presentamos los amores más relevantes de Frida Kahlo.
Alejandro Gómez Arias
Alejandro y Frida sostuvieron una relación prohibida. Cuando estaban en la preparatoria, ellos debían ocultar su amor de los padres de Frida, pues no aceptaban su relación. Tras un rompimiento, Frida le regaló un autorretrato en aras de conquistarlo de vuelta, lo cual funcionó. Cuando Frida sufrió el accidente en el tranvía el 17 de septiembre de 1925, Alejandro era su pareja del momento.
Diego Rivera
El más grande amor de Frida Kahlo y con quien pasó casi todos los días de su vida. En 1928, un compañero de escuela, Germán del Campo, la presentó con un grupo de jóvenes que estaban en contacto con el comunista Julio Antonio Mella. Su amante era la fotógrafa Tina Modotti, y fue a través de ella que Frida conocería a Diego Rivera.
Frida había conocido a Rivera anteriormente en la Escuela Nacional Preparatoria, donde Diego había pintado un mural en 1922. La artista lo visitaría de nuevo en el Ministerio de Educación Pública, donde él estaba trabajando en otro mural.
El 21 de Agosto de 1929, Frida y Diego contrajeron matrimonio. Ella tenía 22 años y el 42. La madre de Frida no aprobaba esta unión pues decía que Diego era demasiado viejo, demasiado gordo y todavía peor, un comunista y un ateo. El padre de Frida ofreció menos resistencia a la unión.
La pareja compró una nueva casa en San Ángel aunque en 1935, Frida descubrió que Diego mantenía una relación sentimental con su hermana Cristina. Frida, terriblemente dolida por la relación, abandonó la casa común y se mudó a un apartamento en el centro de la Ciudad de México. Años después la pareja se reconcilió y se fue a vivir a la Casa Azul en Coyoacán.
Su relación estuvo repleta de infidelidades, éstas eran parte de su dinámica y en 1939 se divorciaron, sin embargo al año siguiente se volvieron a casar. A la muerte de Kahlo en 1954, Diego escribió: “Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en mi vida ha sido mi amor por Frida”.
Leo Eloesser
Fue un renombrado cirujano que Frida conoció en San Francisco, y a partir de ahí iniciarion una amistad que nunca terminaría. Entre ellos existía un vínculo especial: Frida le pintó un retrato y su relación continuó a través de cartas. En una carta de febrero de 1950, la artista escribe: “¿Cuándo volveré a verte? Me hace tanto bien saber que tú me quieres y que no importa dónde andes tú me cielas (de cielo). Te adora tu Frida.
León Trostsky
Trotsky y Frida tuvieron un romance mientras él se hospedaba en su casa de Coyoacán junto a la pareja de pintores. En 1937, Frida le regaló un autorretrato al inquilino que él colocó en su estudio. Así, comenzó su romance que pudo deberse a dos cosas; la primera, una venganza de la artista porque Diego Rivera se había acostado con su hermana; la segunda, su gran inteligencia y postura política. En 1939, Diego se enteró del romance, lo amenazó y prohibió que siguiera viviendo en su casa. De esta manera, Trotsky se mudó a Churubusco.
Chavela Vargas
Chavela Vargas y Frida Kahlo tuvieron una gran amistad por muchos años. Frida escribió a Carlos Pellicer una carta refiriéndose a su nueva amiga: “hoy conocí a Chavela Vargas. Extraordinaria, lesbiana, es más se me antojó eróticamente. No sé si ella sintió lo que yo. Pero creo que es una mujer lo bastante liberal que, si me lo pide, no dudaría un segundo en desnudarme ante ella”.
Chavela vivió con el matrimonio de artistas durante un año, en la residencia de Coyoacán. Nunca negaron ni aceptaron su romance, sin embargo, lo que expresa la una de la otra puede darnos un indicio de su verdadera relación. Chavela Vargas dijo al periódico La Jornada sobre Frida: “Me enseñó muchas cosas, y sin presumir de nada ¡agarré el cielo con las manos, con cada palabra, cada mañana!”.
Jaqueline Lamba
En 1938, André Bretón, líder del movimiento surrealista, y su esposa Jaqueline Lamba huyeron de Francia por la ocupación nazi y se refugian en la casa de Diego y Frida. Los rumores sobre el romance que tuvieron ambas es muy fuerte, hecho que se aprecia en una carta Frida le escribe a Jaqueline: “El barco y el muelle y la ida, que te fue haciendo tan chica, desde mis ojos, encarcelados en aquella ventana redonda que tú mirabas para guardarme en tu corazón. Todo eso está intacto. Después vinieron los días, nuevos de ti. Hoy, quisiera que mi sol te tocara”.
Heinz Berggruen
Rivera le presentó a Berggruen a Frida y rápidamente se hicieron amantes. Durante la Feria Mundial de arte en 1939, Berggruen debía cuidar a Rivera pero también aprovechó para enamorarse de la esposa del pintor. Ambos huyen a Nueva York y durante un mes, viven un breve romance. Después de eso, ella regresa con Diego y Heinz vuelve a Alemania.
Nickolas Muray
Frida conoce al fotógrafo Nickolas Muray en México en 1931, y en repetidas ocasiones se reencuentran en San Francisco y Nueva York. Tuvieron una relación intermitente durante diez años y ella posó para él en repetidas ocasiones. Su amorío comenzó en 1931, después de que Muray se divorció de su segunda esposa y un poco después de que la pintora contrajera matrimonio con Diego Rivera.
Frida escribió a Muray en París de 1939: “Mi adorable Nick, esta mañana, después de tantos días de espera, llegó tu carta. Me sentí tan feliz que, antes de comenzar a leerla, me puse a llorar. Mi niño, realmente no puedo quejarme de nada en la vida mientras tú me ames y yo a ti. Es tan real y hermoso que me hace olvidar todo los dolores y los problemas, incluso me hace olvidar la distancia”.
Isamo Noguchi
Isamu Noguchi, escultor nacido en la ciudad de Los Angeles, California. En 1936, los caminos de Noguchi y Frida cuando el escultor fue invitado por Diego Rivera para sumarse al grupo de muralistas que intervendrían el interior del mercado Abelardo Rodríguez. Noguchi era descrito como un “Don Juan”, “intrépido enamorado” y “amante castigador”. Noguchi sedujo a Frida y comenzaron un romance. Diego encontró a los infieles en su departamento y empuñando una pistola le exigió a la pareja terminar la aventura.
José Bartolí
El amor de Frida Kahlo, plasmado en 25 cartas manuscritas dirigidas a su amante español Josep Bartolí, fueron vendidas por 137 mil dólares. En una de ellas Frida escribe: “Te quiero como eres, me enamora tu voz, todo lo que dices, lo que haces, lo que proyectas. Siento que te quiero desde siempre”.
La viuda de Bartolí, la doctora Berenice Bromberg, ha subastado algunos objetos con dedicatorias amorosas que Frida le regaló a su esposo. Además, la relación fue confirmada por Enriqueta, la hermana del pintor catalán: “Tuvieron una aventura de amor bastante particular, para José era un amor sincero, una aventura muy bonita”.
Bartolí, un republicano que, saltando de un tren, había logrado escapar de las garras de la Gestapo y de un destino incierto en el campo de concentración de Dachau, se abrió paso como pintor y dibujante. Allí, en un hospital de la metrópolis estadounidense, conoció a Frida en 1946.