Esta reseña no nos animaba precisamente a verla, pero leemos en esta otra aparentemente más benévola que La visita está en sus logros lejos de Señales. Nos quedaremos para siempre con la duda de qué clase de película puede ser mala en comparación con aquella en la que veíamos a Joaquin Phoenix con un gorrito de aluminio, pero es que la vida es corta y hay mucho cine que ver. Por si no tuviéramos bastante con el canon de clásicos de cada género (aquí va uno, pronto acompañado de otros) hay que ir sumándoles las producciones recientes dignas de incluirse en él y que no son pocas en lo que al terror respecta, dado su renovado brío de los últimos años.
La cabaña en el bosque
Heródoto contaba que los persas cuando querían tomar una decisión importante se emborrachaban. Gente sabia, nos iría mejor si todos hiciéramos eso. Las drogas nos muestran el mundo tal como es realmente y lo que desdeñamos como el desvarío de un fumeta puede ser una inquietante verdad. Esa es la gran enseñanza que nos proporciona esta película, y también que una mano zombi puede ser una inesperada aliada. Lo que encontraremos además es un brillante juego con los clichés del género que la hace caer más del lado del humor que del terror.
It Follows
Una de las razones del éxito de esta película estuvo en la sencillez de su planteamiento. Muestra unas reglas que descubrimos al mismo tiempo que la protagonista y de acuerdo a ellas se desarrolla la narración, provocando una claustrofobia en el espectador como pocas veces hemos visto. Todas las puertas y ventanas nos parecen pocas, todo lo que no sea un espacio abierto genera ansiedad. En este artículo hablamos de ella con más detalle.
La niebla
En esta adaptación de la novela corta de Stephen King la amenaza pasa a estar en el exterior con toda clase de monstruos surgidos de una pesadilla lovecraftiana y el único lugar donde estar a salvo es un gran supermercado. Esto, unido a los conflictos entre los protagonistas en torno a la fe y esperanza (o su ausencia) de cada uno de ellos, da lugar a diversas lecturas ideológicas y morales que nos llevan más allá de una simple película de terror. Ideal para un domingo por la tarde de mal rato y depresión.
Déjame entrar
El cine de vampiros, aunque englobado en el terror, ha tenido desde sus orígenes ciertos devaneos con el género romántico. En casos como la saga Crepúsculo hace añorar una estaca a tiempo y en otros como este film sueco logra alcanzar cotas de un romanticismo desesperado, en una extraña combinación de sensibilidad y crudeza en torno a la relación entre estos dos niños solitarios.
Babadook
El vínculo entre los niños y los monstruos que les rodean —y que los adultos ingenuamente creen que existen solo en su imaginación— ha sido una frecuente fuente de inspiración para los cineastas. Un ejemplo reciente lo tenemos en esta aclamada película australiana del año pasado.
Insidious
Como vemos, los niños suelen tener un gran protagonismo en el género quizá por su extrema vulnerabilidad, pero no solo ejercen el papel de víctimas acechadas por criaturas malignas. A veces también pueden ser ellos las presencias fantasmales, resultar pequeños psicópatas, provenir de otro planeta o ser poseídos y el efecto resulta escalofriante igualmente, tal vez por inesperado.
Expediente Warren: The conjuring
Aquí tenemos a Vera Farmiga y Lili Taylor en unas maganíficas intepretaciones, y de nuevo a Patrick Wilson como actor y a James Wan como director en una historia que se anuncia como «basada en hechos reales» y que inevitablemente remite a El exorcista.
Martyrs
Como ejemplo de lo que se ha dado en llamar nuevo cine de horror francés elegimos esta película. Porque sus secuencias de violencia truculenta y sin límites superan a otras propuestas como Frontiere(s), Alta tensión o À l’intérieur. Donde una sola escena ya sería climática en este sentido en otras películas, en esta es solo una más en una oleada continua. Y con el mérito de convertirlas en atractivas narrativamente a pesar de ser casi insoportables, gracias a la justificación argumental de una historia que pasa de la venganza a una especie de búsqueda metafísica de los límites del dolor y sufrimiento, y de lo que hay más allá.
Stoker
La primera película americana del director de Oldboy estuvo fuertemente inspirada en La sombra de una duda de Hitchcock (es casi un remake) y contó con un a menudo irritanteMatthew Goode, no sabemos qué sinsabores trajo su realización pero sí que lo siguiente que hizo su productor, Tony Scott, fue suicidarse. El resultado en cualquier caso fue notable y cuenta con una muy lograda ambientación que nos recuerda a las novelas de fantasmas decimonónicas con una mansión desangelada, una gélida ama de llaves, una joven protagonista algo loca y varios sucesos misteriosos.
Paranormal Activity
De esta heredera de The Blair Witch Project puede decirse que fue la película que aterrorizó a Spielberg (y emocionó), pues según la leyenda tras verla en su casa creyó que la copia estaba maldita y la llevó de vuelta al estudio en una bolsa de basura. Su distribución posterior la convirtió en la cinta más rentable de la historia como es conocido y cuenta ya con varias secuelas.
Wolf Creek
Un grupo de jóvenes excursionistas ve dramáticamente frustradas sus pretensiones de pasarlo bien por culpa de algún paleto psicópata que les hará la vida imposible. Ese planteamiento, mil veces visto ya, tuvo quizá su mejor revisión en Tucker & Dale contra el mal, donde eran por fin los rednecks los únicos personajes normales. Si no la incluimos aquí es porque tenía bastante más de comedia que de terror, así que por ser más fieles al esquema clásico nos quedaremos con esta película australiana de 2005.
Amanecer de los muertos
El remake del original de George A. Romero supuso un salto generacional no solo en la calidad, pues estamos ante un film muy bien rodado y que no provoca bochorno en ningún momento, sino en la propia naturaleza de los muertos vivientes. Acordes a estos tiempos en que las noticias hablan de «jóvenes de cuarenta años» y los abuelos ya no salen a pasear sino a hacer running en chándal, aquellos abúlicos cadáveres que arrastraban las piernas con desgana dieron paso a formidables zombis de gimnasio y parkour capaces de correr y saltar como alma que lleva el diablo, demostrándonos así que la muerte no tiene por qué ser un obstáculo para una envidiable forma física. El modelo tuvo antecedente en 28 días después (que también podría estar en esta lista), pero como diría Enjuto Mojamuto en esta no eran zombis, sino infectados. Aunque si quieren leer una muy completa historia del cine de zombis les recomendamos esta serie de artículos.
Rec
Y ya que hablamos de infectados no quisiéramos dejar fuera esta muy apreciable versión española.
Anticristo
Poco más cabe añadir a lo dicho en este artículo sobre esta polémica —como de costumbre— película de Lars von Trier.
Funny Games
Michael Haneke es capaz de mostrar una brutalidad escalofriante en sus obras y aquí tenemos por ejemplo esta escena de La cinta blanca. Aunque probablemente fue Funny Games la representación más depurada de sadismo que ha llegado a filmar, por partida doble además, dado que en 2007 la rodó de nuevo en Estados Unidos.
Coherence
Aunque el tema que aborda es de ciencia ficción «dura» sus ropajes nos resultan familiares: un grupo de amigos se reúne para cenar en una casa, la conversación fluye con complicidad, todo son risas, alcohol y móviles sin cobertura. Hasta que algo extraño sucede en el exterior. Asediados por una amenaza indefinible, en lugar de permanecer unidos en todo momento deciden separarse en grupos… ¿Cómo no incluirla en el género de terror para cerrar con ella esta lista?