Un cliente estadounidense de la cadena de restaurantes KFC pasó un mal rato al haber encontrado en su paquete de comida nada menos que una asquerosa frita, en medio de las presas de pollo. El hombre dice que en principio pensó que era la pechuga de pollo, aunque bastante raro. Por poco termina comiendo al suculento animal, si no fuera porque le invadieron las dudas.