Corría el año 2006. Kees Veldboer conducía una ambulancia. Un día estaba transportando a un paciente, como de costumbre. Se trataba de un enfermo terminal, que le preguntó si no lo podía llevar, antes de ir al hospital, al canal de Vlaardingen (Holanda). Era su último deseo. Se quería sentar, sentir el sol y el viento y oler el agua antes de volver a estar internado. Y Kees accedió.
Cuando vio la alegría que este hombre había sentido, Kees decidió crear una fundación denominada Deseo de Ambulancia. Esta se encarga de cumplir los últimos deseos de pacientes terminales, con la ayuda de ambulancias especialmente diseñadas y voluntarios con formación médica.
A 8 años de que se creó la Fundación, esta cuenta con 230 voluntarios, 6 ambulancias, una casa de vacaciones y ya han cumplido cerca de 7 mil deseos. Acá te mostramos las fotos de algunas de las peticiones que estos pacientes han pedido: