El lunes 5 de octubre, John Kerry -secretario de Estado de los Estados Unidos- se reunió con la Presidenta Bachelet y le hizo entrega de una serie de documentos contenidos en un pendrive con 282 documentos y 1.000 páginas que corresponden a archivos de seguridad nacional, que años atrás se encontraron en la categoría de “TOP SECRET”. En ellos, finalmente se dilucida el rol y la participación del dictador Augusto Pinochet en el asesinato perpetrado a través de una bomba instalada en el automóvil, del ex canciller de Salvador Allende, Orlando Letelier y su secretaria Ronni Karpen Moffitt.
Luego de este extraordinario suceso, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Departamento de Estado de EE.UU., hicieron públicos estos documentos en sus sitios web.
Por su parte, el canciller Heraldo Muñoz le hizo entrega al senador Juan Pablo Letelier de los documentos desclasificados sobre el atentado en el que perdió la vida su padre. Posterior a su análisis de los archivos, el parlamentario señaló, en Tele13 Radio que hay «un documento concluyente de la CIA sobre la responsabilidad de Pinochet, sobre que él ordenó el asesinato de mi padre, primera vez que hay documentos que evidencien eso.»
El documento mencionado hace referencia a un informante de la CIA en el que se sostiene que Manuel Contreras (Director de la DINA) había dicho que Pinochet ordenó personalmente el complot para asesinar a Letelier.
Sin embargo eso no es todo lo que salió a la luz con estos documentos. También quedó en evidencia la seria intención de Pinochet, de asesinar a Manuel Contreras, llevando a un nuevo nivel la conspiración que existía al interior de la dictadura y mostrando una nueva faceta del dictador en la que es capaz de mancharse las manos con la sangre de su hombre de confianza con tal de no verse involucrado en los acontecimientos.
En en medio de todo esto, he sido particularmente sorprendido por el último informe preparado por la CIA donde se analizan los eventos que rodearon el asesinato de Orlando Letelier, un ex ministro de Relaciones Exteriores de Chile y Ronni Moffitt, una ciudadana Americana, por medio de un coche-bomba, en la ciudad de Washington en 1976. Lo que la CIA concluye es que la revisión proporciona que «Lo que consideramos como evidencia convincente es que el presidente Pinochet ordenó personalmente a su jefe de inteligencia el llevar a cabo los asesinatos«. También confirma que «Pinochet decidió realizar evasivas sobre nuestra investigación para ocultar su participación», y continúa haciéndolo teniendo en cuenta «incluso la eliminación de su ex jefe de inteligencia».
Según informa CiperChile, uno de los hombres clave en la desclasificación de documentos sobre Chile, Peter Kornbluh, explica que estos informes permanecieron secretos hasta ahora, porque el gobierno de Clinton iba a utilizarlos para extraditar a Pinochet el año 2000, pero la elección de George W. Bush abortó el plan.
La desclasificación de estos documentos, según las palabras del senador Letelier, pueden traer a la palestra nuevos nombres de involucrados en el caso:
Se va a confirmar y probablemente va a surgir la evidencia de la responsabilidad de Pinochet y también de gente que no está, que está muerta (…) Es probable que Armando Fernández Larios reaparezca en estos documentos (…) y posiblemente surjan antecedentes de personas que están vivas y que tuvieron participación no en la orden y la ejecución del crimen, sino en el encubrimiento. Muchos sospechan que aparecerá el nombre de Cristián Labbé de nuevo, señaló.