El 10 de octubre de 1995 un pequeño álbum llamado Tragic Kingdom era arrojado al mundo. Aunque fue el tercer álbum de estudio de No Doubt, su amalgama única de ska, punk, rock y pop, con una pizca de reggae en su justa medida, fue el catalizador que impulsó a la banda a alcanzar la fama y el estatus legendario del que gozan hasta hoy.
La canción «Don´t speak» de Tragic Kingdom es todavía considerada por muchos como la quintaesencia de No Doubt.
A su vez, la líder de la banda, Gwen Stefani, descolló en este disco por ser una total rockstar en sus propios términos. A medida que Tragic Kingdom entraba en escena, ella se volvía más y más conocida por su hipnótica energía y avasallante presencia en los recitales en vivo, por sus letras salvajes e inspiradores y por su estilo estético que se transformó en tendencia (recordemos que su vestido de novia se encuentra actualmente en exposición en un museo de Londres).
Hoy, Stefani continúa siendo uno de los nombres más reconocidos de la música contemporánea, por no mencionar que es una de las más grandes cantantes femeninas e influencia de la moda alrededor del mundo.
«Este álbum realmente me definió cuando descubrí que podía escribir canciones», Stefani, quien es una de las coaches en el popular realitiy The Voice, le comentó recientemente a ET! a propósito de la grabación de Tragic Kingdom. «Yo no escribía canciones antes de eso, y para ser capaz de entender mi poder, y para entender acerca de mí misma, tuve ese regalo… Eso es lo que el álbum más o menos me representa».
Celebremos estos veinte años escuchando una de sus canciones más emblemáticas:
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