Cuando nos enamoramos a veces no sabemos describir lo que está sucediendo, todo es maravilloso. Hay cambios en nuestro cuerpo, el corazón comienza a latir de forma acelerada solamente con pensar en esa persona y la vida se ve de otro color.
Y además de las palpitaciones, parece que nuestra concentración disminuye porque los pensamientos están enfocados en cómo estará esa persona y en cuánto tiempo falta para verla. Quizás al principio no lo aceptamos, pero luego se hace inevitable enfrentarse al hecho de que acaba de comenzar una grandiosa experiencia para nuestra vida.
Si tenemos una relación feliz, no vale la pena fijar la atención en comparaciones, en experiencias pasadas, eso nos condenaría a tristeza y decepción.
Por otra parte, hay que aprender a ceder. Nuestra naturaleza nos hace tener la necesidad de no perder nunca, nos gusta la idea de mejorar, de conseguir más, de vivir experiencias distintas y mejores. Es como si viviéramos en una búsqueda constante de la felicidad, luchando todos los días para conseguirla.
Pero a veces por tener siempre la vista fija en la Luna perdemos la oportunidad de disfrutar de la luz de las estrellas, y sobre todo en el amor debemos ser capaces de apreciar las pequeñas cosas, con cariño y tolerancia. Jamás podremos vivir dos segundos iguales ni dos momentos idénticos.
Este mismo principio podemos aplicarlo con los amigos, con nuestra pareja, con la familia e incluso con nuestros compañeros de trabajo o de estudio.
Todos recordamos aquel momento en el que nos damos cuenta de que ese extraño que conocimos hace años ahora tiene gran valor para nosotros, el momento en que nos damos cuenta de que nos preocupamos tanto por él o ella como lo hacemos por nosotros mismos.
Aquel momento mágico de la primera mirada, el primer beso es muy intenso y por siempre permanece en el recuerdo. A medida que pasan los años no vuelve a ser igual, pero debemos esforzarnos para mantener viva la llama del amor.
Cuando la relación se consolida estamos inmersos en la rutina. El enamoramiento inicial se convierte en apego y no sentimos la misma efervescencia, pero sí es posible enamorarse de nuevo día tras día.
Si quieres conservar para siempre la relación que soñaste con tu compañero/a de vida, es muy importante que sepas enamorarte en cada momento que sea posible.
No solamente es posible enamorarse cada día sino que es necesario, no cabe hacer comparaciones sobre la forma en la que te sentiste el día en el que cupido te disparó su flecha.
Después de leer esto deberías decirle a tu pareja cuánto la amas. Una relación para toda la vida se construye día a día así que nunca temas en lograr la unión que siempre soñaste.
¡Comparte esto con la persona que está a tu lado y con los amigos que tanto quieres!
visto en Viralistas