Lolita: de la transgresión a una moda pop

Internet ha permitido que la cultura sea un privilegio para muchos que antes no tenían acceso a ciertos conocimientos debido a que algunos libros u obras no existían físicamente en un lugar. Ahora, con la red digital, cualquiera puede encontrar las palabras que forman un libro en un PDF o más.

También es cierto que la desinformación con la que lidia la sociedad contemporánea, en la que parece que leer el resumen de algo es entender el concepto o la historia, hacen que muchas veces las historias literarias sean más una moda de boca en boca que algo que realmente lee la gente. Uno de los mejores ejemplos es la trascendental novela transgresora de los años cincuenta Lolita, escrita por Vladimir Nabokov.

Rechazada por diversas e importantes editoriales en Estados Unidos, Lolita vio la luz del sol en Francia gracias a la editorial Olympia Press en 1955. Desde ese momento la prensa internacional degradó el libro al nivel de la pornografía convencional. El editor del Sunday Express dijo que era el libro más sucio que había leído, tras esto fue prohibido en el Reino Unido y en el lugar que le dio la oportunidad de ser publicado: Francia. Fue entonces cuando el liberalismo estadounidense se arrepintió y publicó el libro en 1958.

Un año después de ser publicado en Estados Unidos, el semiólogo, filósofo y literato italiano Umberto Eco creó la parodia llamada Granita, en la que el narrador se enamora de su musa Granita, una mujer anciana. En el libro describe escenas como la siguiente:

“Para echar un vistazo más cerca de esos rostros surcados por arrugas volcánicas, los ojos llorosos, con cataratas, los movimientos espasmódicos de los labios secos hundidos en la exquisita depresión de una boca sin dientes…”

Es a través de la masificación de una obra literaria que se mide su éxito. En los 62 años que Lolita lleva en circulación, en casi todo el mundo se han creado las más extrañas corrientes culturales derivadas de esta obra que, con una lectura se muestra como una compleja obra que aborda temas como el pensamiento moderno, nihilismo, filosofía, poesía y mucho más.

A partir de un sólo retrato en el que aparece el amorío de un hombre de más de 40 años con una niña, han surgido cosas como el término “lolicon”. Éste surgió de un análisis pseudo-psicológico extraído del libro The Lolita Complex publicado en 1966 y que se hizo muy famoso en Japón, donde este término remite a un tipo de hentai en el que se proyectan imágenes de niñas o en el mundo del cosplay, en el que las Lolita son muy famosas, tanto que hasta existe el termino “Goth Lolita”.

Con el paso del tiempo, el libro ha generado otras publicaciones como Poems for Men who Dream of Lolita, en el que se ve la perspectiva de Dolores Haze a través de su diario; o la menos aclamada novela italiana Diario di Lo, que intentó recrear el libro de forma similar al anterior pero fue considerado más un libro de comedia adolescente que una obra literaria.

Pero quizá las obras cinematográficas adaptadas por Stanley Kubrick y Adrian Lyne son unas de las armas más poderosas que convirtieron a este clásico de la literatura universal en un producto de la cultura pop. Debido a la censura implacable de esos años, Kubrick editó ampliamente el guión que Nabokov había creado, por lo que pudo ser una obra del gran escritor del momento adaptada por uno de los mejores directores de la historia. El filme pasó sin pena ni gloria por la historia del cine. Un dato curioso de estas obras son los lentes que aparecen en los pósters de la cinta, pues no son parte del libro ni de la película.

En los últimos años, Lana del Rey y Katy Perry han sido las mujeres que ha llevado la idea de Lolita al imaginario de sus obras discográficas.

La imagen de esta niña adorable pero letal, vive entre nosotros y la mejor manera de entenderla sin juzgarla es leer la pieza original escrita por uno de los mejores escritores del siglo XX.

***

Referencia

Fuente