Un hombre fue acusado de «cazar» jóvenes en Grindr, encerrarlos en casa, tenerlos como esclavos sexuales y marcarlos con un tatuaje de su nombre. Algunas de las presuntas víctimas dijeron a la policía que Sean Crumpler tenía al menos 12 hombres —incluidos menores de edad— viviendo en su casa como esclavos sexuales. Poco después, Sean fue arrestado por trata de personas con fines sexuales, agresión sexual a un menor y contribuir a la delincuencia de un menor.
Este caso sirve como un recordatorio de que aunque se cree que las víctimas de la trata con fines sexuales casi siempre son mujeres, también hay una gran cantidad de jóvenes de la comunidad LGBT que no tienen dónde vivir y se ven obligados a prostituirse para sobrevivir.
La investigación de Crumpler empezó en julio, cuando un adolescente desaparecido envió un mensaje a sus padres para pedirles su número del Seguro Social y su acta de nacimiento para poder viajar a Canadá. Un detective rastreó el número y resultó que estaba a nombre de Crumpler, quien ya tenía antecedentes de abuso sexual.
El detective empezó por investigar al propietario del teléfono de donde el adolescente envió el mensaje y descubrió que en mayo, un policía respondió a la denuncia de abuso sexual contra Crumpler impuesta por un chico de 16 años que había huido de su casa.
En su declaración, el chico de 16 años explicó que le habían hackeado su cuenta de Facebook y publicado sus fotos desnudo. Como estaba muy avergonzado, huyó de casa y contactó a dos amigos que dijeron que podrían contactarlo con Crumpler y que él estaba dispuesto a darle alojamiento en su casa a cambio de sexo.
Poco después se reunió con Crumpler en un hotel de California. La víctima fue al baño y cuando regresó, encontró a sus dos amigos y Crumpler desnudos en la cama. Tuvieron sexo y fueron a cenar. Según la declaración, fue en ese momento cuando la víctima mencionó su edad.
Al día siguiente, se cree que Crumpler adoptó a otro chico de 18 años que habían corrido de su casa y que conoció en Grindr.
«A esto le llamo cacería», dijo Crumpler al grupo cuando se preparaba para reunirse con el chico nuevo en McDonald’s. Más tarde, el grupo regresó a casa de Crumpler para seguir con los actos sexuales grupales.
La víctimas dijeron a la policía que Crumpler era VIH positivo y que nunca usó condón al tener sexo con ellos.
Finalmente, el chico de 16 años identificó a Crumpler gracias a un periódico y llamó a la policía. Sin embargo, para junio la policía todavía no lo encontraba y se retiraron los cargos de violación porque la supuesta víctima dejó de cooperar.
Pero fue suficiente para que la policía consiguiera y ejecutara una orden de allanamiento. Las fotos que se tomaron revelaron que había cierto orden en la casa por una lista de nombres con sus respectivas tareas cotidianas, como «sacar la basura» y «limpiar los cuartos».
La policía interrogó a las personas halladas en la residencia y todas afirmaron haber conocido a Crumpler en Grindr. Además, muchos mencionaron que el acusado no se drogaba pero siempre siempre tenía alcohol y mariguana en su casa de cinco habitaciones y siete baños.
Un hombre de 23 años que solía vivir con Crumpler dijo que él y sus compañeros se pasaban todo el día viendo Netflix, jugando videojuegos y haciendo porno. También dijo que todos tenían un tatuaje del nombre de Sean y un pájaro para «alejar a los demás ‘sugar daddies’ cuando salieran de antro».
El 16 de septiembre, Crumpler salió en libertad tras pagar una fianza de 100 mil dólares. Sin embargo, hace poco, un juez reconoció que fue un error (y una violación a la ley) haberlo liberado sin una orden de restricción. Tampoco le confiscaron su pasaporte porque tiene un hotel en Tailandia y tiene permitido utilizar internet pero solo con fines laborales.
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por Allie Conti en Vice México