No se puede atribuir a una persona en específica la invención de la máquina de escribir moderna, ya que esta herramienta se valió de otras para su creación, tal como sucedió con el teléfono, telégrafo, automóvil, etc.
La máquina de escribir fue una herramienta indispensable en todo el mundo e incluso cuando fueron sustituidas en el mercado por los primero ordenadores, éstas continuaban siendo importantes para realizar trabajos. Se utilizaban en departamentos de estado, dependencias gubernamentales, redacciones de periódicos, hogares, escuelas…
Se volvió tan fundamental en la vida diaria como hoy la computadora o cualquier gadget tecnológico; el saber mecanografiar servía de plus a la hora de buscar un trabajo. Las vacantes laborales ya incluían a mecanógrafos, personas que operan con eficiencia estas máquinas. En escuelas, se impartían o se imparten talleres de secretariado, pensadas principalmente para el mundo laboral.
Un paseo por su historia
No existe un personaje al que se le pueda atribuir la máquina de escribir, pero en 1714, Henry Mill, inventor británico, obtuvo una patente por parte de la reina Ana de Estuardo para la creación y comercialización de esta herramienta; poco se sabe de este primer intento.
Muchos ponen como antecedente de la maquinilla (también conocida de esta manera) al tipógrafo, mecanismo de escritura que imprimía textos o dibujos a partir de tipos o moldes entintados.
Con el pasar de los años se fueron haciendo distintos diseños, entre ellos la máquina de escribir de índice, que era más lenta que la forma manual para escribir. Ninguno asemejaba a lo que hoy conocemos como máquina de escritura.
Para el año de 1833, Xavier Progin recibió una patente francesa y fue la primera vez que se pudo introducir el uso para cada letra o símbolo, de línea de linotipo, las que consistían de placas separadas para su uso individual.
Durante los años 1855, 1861 y 1864 se hicieron grandes avances tanto en Italia como en Brasil y Austria.
Sería hasta 1870 que se comercializó la bola de escribir de Rasmus Hansen, la cual tuvo éxito en Europa y se usó en oficinas hasta 1909. Asimismo, se dice que una de las primeras máquinas en tener el rodillo, fue la creada por Charles Grover Thurber.
Remington y el primer modelo comercial
Hasta el año de 1872 los inventores Christopher Sholes, Carlos Gildden y Samuel W. Soulè, atinaron el primer modelo que tuvo éxito. Vendieron su patente a una empresa la cual tenía contacto directo con los fabricantes de máquinas de coser, E. Remington and Sons.
Ellos comercializaron la llamada maquina Sholes and Glidden el primero de mayo de 1872. Esta piea estaba montada con patas de máquina de coser y se accionaba a base de pedales.
Su gran tamaño resultaba costoso para el mercado, además de que este modelo no permitía ver lo que se iba escribiendo hasta que se comenzaba otra línea; ante esto los ingenieros de Remington se basaron en el modelo de Sholes y Gildden para crear uno nuevo.
De acuerdo a la historia, las máquinas visibles Remington ven el auge en el mercado allá por el año 1895. No sería hasta la entrada del siglo XX cuando se alcanzaría un modelo estándar, que es lo que hoy conocemos, con sus variantes por cada fabricante.
Cabe señalar que las máquinas de escribir no fueron pensadas para ser utilizadas frente a un proceso creativo como la literatura, cine, teatro. Fueron pensadas para facilitar el trabajo gubernamental o político.
Sería hasta la entrada del siglo XX cuando diferentes personalidades literarias pasarían horas y horas frente a sus máquinas escribiendo obras que a la postre sería reconocidas mundialmente.
En casi todo el siglo XX, se utilizó una máquina de escribir en sus diferentes modelos y marcas, desde una Olivetti hasta una Olympia o bien, Smitt- Coran, Adler Royal, entre otras.
Hasta la llegada de los ordenadores, en 1980, las máquinas fueron indispensables, e incluso hoy encontramos a gente que se reúsa a dejar de usarla, entre ellas podemos citar a Woody Allen, quien escribe sus guiones y prosa en una Olympia Portable SM-3 de los 50.
Las máquinas socialistas
Dentro de la historia de la Guerra Fría y ya establecido el bloque comercial de Occidente liderado por Estados Unidos a Europa del Este, se comenzó a fabricar un modelo de máquina pensado para el mercado socialista. O eso parecía
Máquinas como Consul modelo 221 (Checoslovaquia), Omega 30 (Bulgaria) y Olympia SG3 (Yugoslavia) llegaron al mercado mexicano. ¿Pero cómo?
Bueno, como ya sabemos, México siempre ha estado ligado a las políticas estadounidenses, pero el país no estaba alineado a ninguna división mundial, era neutral, igual que Yugoslavia. Entonces no es extraño que máquinas socialistas llegaran a México. Una de ellas fue la Olympia SG3, con teclado castellano. ¿Y no que eran máquinas pensadas para el mercado socialista?
Parece que no.
Cinco razones por las cuales no dejar de usar una máquina de escribir, de acuerdo a la BBC
En 2011 la empresa Godrejand Boyce, última en fabricar máquinas de escribir, dio cierre a sus instalaciones. Hoy usar una máquina parece ser idealista, un cliché del siglo pasado.
En gales, la empresa Brother hizo la última máquina y dio por terminada su producción, no hay más. Esta se donó al Museo de Ciencias de Londres.
La BBC da cinco razones para no dejar de usar una máquina:
1.- Son simplemente prácticas.
Aseguran que da una alternativa libre de distracciones durante la producción de un documento. Desafían al usuario a ser más efectivo y ver sus errores sobre el papel.
2.- Sin distracciones
Un dueño de un taller de máquinas en Massachusetts, dicen que las máquinas han sido bien recibidas por los jóvenes, ya que están ligados a la tecnología y nunca se experimentó con “juguetes analógicos”, por eso “les fascina la retroalimentación sensorial que reciben de estos aparatos. El tacto, el sonido, ver la imagen impresa…todo eso inmediatamente les sorprende.” “La razón número uno por la que los jóvenes me dicen que les gustan las máquinas de escribir es que se puede escribir sin distracciones. No hay internet, ni correo electrónico, ni google para distraerlos. Sólo están escribiendo, creando”
3.- No hace falta electricidad
4.- Razones de arte
Para la artista Keira Rathbone, creadora de dibujos con máquina de escribir, su uso “radica en la mecánica de las máquinas y en el hecho de poder sentir sus mecanismos. No es como usar una computadora en la que hay muchas cosas que son un misterio. Si hay algo malo con una máquina de escribir, puedes verlo de inmediato. Además, es simplemente fascinante poder ver lo que se está escribiendo”.
5.- Bodas
La BBC asegura que muchas parejas optan por crear sus invitaciones con estas máquinas, además de tenerlas durante el día de la boda para que los invitados puedan escribirles una felicitación.