Este cortometraje nos narra un día en la vida de un obrero, un hombre común que como muchos, se levanta al alba para ir a trabajar pero que durante su labor se ve algo inquieto, un poco ido a momentos, hay algo que lo hace estar ahí pero en realidad está ausente. Una historia mínima, simple y común para muchos, pero llena de poesía y humanidad, que con una sólida dirección, logra prescindir del diálogo de manera natural sosteniendo toda la narración en un pulcro y depurado relato visual, que relega de cualquier tipo de efectismo.
Por donde se le mire Al Final del Día (2009) parece más un documental que una obra de ficción. Todo sucede de forma tan natural que ronda en todo momento la idea de que estamos frente a la más sencilla realidad, debido a la lograda expresión de lo espontáneo y lo cotidiano. Sin embargo, la película es derechamente una ficción que está enmarcada bajo la idea inicial del cine, la cual hace relación a que este debe funcionar como un sistema especular al real, lo cual le da esta consistencia tan atípica en el cine actual (al menos el de corte comercial) en donde todo siempre tiene que ser colosal y sorprendente. Al final del Día (2009) apuesta por todo lo contrario; la sencillez, el silencio, la observación y la experiencia fílmica son elementos que se complementan en armonía, en donde cada uno guarda algún grado de poesía, esa que hace grande los pequeños instantes de nuestras vidas.
Año: 2009
Dirección: Felipe Azúa
Guión: Felipe Azúa y Diego Díaz
Reparto: Neftalí Ruiz y Katherine Pérez
Duración: 12 min.
Por Samuel Olivares
Publicado en Filmonauta N°5, suplemento que apareció en la edición N°78, marzo 2010, de El Ciudadano.
El Ciudadano