La revolución sexual fue un movimiento originado durante la segunda mitad del siglo XX. El hipismo y los valores de una cultura que se oponía a la tradición burguesa y capitalista eran la señal de que el cambio había llegado. Con este pensamiento surgieron comunas de amor libre donde la gente tenía relaciones sexuales con diversas personas e incluso la desnudes era algo normal. A pesar de que esto sucedió en los años 60, 20 años atrás hubo otra clase de revolución sexual, una subterránea, escondida de los libros de historia hasta ahora; un pacto de silencio que duró sólo unos meses, pero que muchas personas “de buenos modales” disfrutaron. Esta fue la revolución sexual inglesa durante “El Blitz”.
Blitz es como se le conoce al bombardeo constante que sufrió Inglaterra durante casi un año a manos del Ejército alemán en el que más de un millón de casas fueron destruidas y 40 mil personas fallecieron. Durante esta época la población londinense, que estaba conformada mayoritariamente por adolescentes, mujeres adultas y extranjeros, pues los hombres habían ido a la guerra y los niños eran evacuados primordialmente, tuvo que refugiarse en el subterráneo.
Al abandonar sus casas aseguraron su supervivencia de forma parcial, pero el peligro inminente creó pánico colectivo, y encerrarse en los túneles británicos, donde todos dormían juntos, no parecía algo que fuera a agradarle a la población en un inicio. Según el libro The Secret History of the Blitz de Joshua Levine, durante este periodo la sexualidad inglesa se vio transformada; lo que no es ilógico. Una de las anécdotas lo resume perfectamente: un joven caminaba con su novia cuando comenzaron a escuchar los bombardeos, tomaron refugio en un lugar cercano, y al sentir el suelo temblar, hicieron lo único que podían hacer; dar rienda suelta a su pasión y hacer el amor durante todo el bombardeo. Finalmente salieron ilesos, pero esa sensación de vencer a la muerte nunca abandonaría a esos jóvenes.
Más que el temor a las bombas, el encontrarse en lugares oscuros durante mucho tiempo comenzaba a generar un cambio en las personas. Las inhibiciones se perdían, y el tedio y el miedo generaban un apetito sexual inmenso debido a que cada noche estaba muy cerca de ser la última. Registros de la época cuentan cómo en los lugares más oscuros de los refugios se mantenían relaciones sexuales casi todo el tiempo. Los padres con hijos adolescentes de pronto no hacían nada al ver a sus hijos poner sus camas improvisadas junto a sus amigas.
Una mujer que trabajaba en una fábrica haciendo uniformes militares metió una nota para un soldado que decía: “Escríbeme si estás de humor, y yo estaré al desnudo”.
Londres se convirtió en una zona de guerra y la gente vivió momentos que hasta entonces eran nuevos para ellos. Se dice que la gente no sólo aumentó su libido, también se unió mucho más.
Los ingleses tienen fama de ser una sociedad fría y distante, pero en esta circunstancia se cuenta de gente que al sólo escuchar los aviones, se juntaban, se refugiaban en los brazos de desconocidos y se creaban relaciones que durarían toda la vida.
La homosexualidad fue otro aspecto que durante esa época experimentó cambios radicales. A pesar de que la homosexualidad continuaría siendo un crimen en Inglaterra durante 25 años más, la policía no criminalizaba como lo hacía anteriormente. En los campos militares la homosexualidad incluso era algo normal. Habían hombres vestidos de mujer y maquillados, quienes eran conocidos por “dar favores especiales”; lo que no era inusual. Así como en los búnkers muchas parejas heterosexuales decidieron aprovechar el tiempo que quizá no tendrían después, muchos hombres y mujeres decidieron probar lo que nunca había pasado por su mente; o que de otra manera no se hubieran atrevido.
La vida en los búnkers continuó modificándose. Se tiene registro de shows de cabaret, memorias de incontables escenas de sexo frente a otras personas e incluso los números hablan solos. El número de hijos ilegítimos en Inglaterra y Gales ascendió de 24 mil 540 en 1939 a 35 mil 164 en 1942. Estos hijos fueron los bastardos de la guerra. Mujeres que sin saber si su esposo había fallecido en el conflicto bélico y hombres que no sabían si volverían a casa, se encontraban en el momento más solitario de sus vidas y a partir de eso surgía nueva vida. Esta vida es la que años después llevaría a Inglaterra al movimiento hippie. Los nacimientos ocurridos durante estos años serían los que abogarían por el amor libre y por la experimentación sexual. Ellos se revelarían contra sus padres, conservadores y puritanos, personas que 20 años atrás habían hecho todo lo que sus hijos querían hacer y que ellos tanto prohibían.
Por ello, casi al término de la guerra, se regresó al pensamiento anterior. En cuanto la gente salió del mundo subterráneo en donde la pasión, el miedo y la experimentación eran cotidianos, la Iglesia llamó a la recuperación de los valores familiares tradicionales. Así, las mujeres dejaron de trabajar y regresaron a sus labores domésticas, mientras que los hombres se adaptaron a nuevos trabajos con los que buscaron una reconstrucción de Inglaterra. Con el tiempo, el país que se vio afectado por toneladas de explosivos regresaba a su vieja gloria y con ella se intentaba olvidar lo que sucedió en el subterráneo, ya fuera bueno o malo.