Desde la vuelta a la democracia en 1983 la Unión Cívica Radical se había presentado como una de las fuerzas a disputar el poder político en Argentina. El partido centenario, fundado en 1892 por Leando N. Alem fue uno de los primeros cuadros modernos del país y los primeros en expandir derechos a las clases medias y medias bajas de Argentina.
Tras el acuerdo con el Pro y la Coalición Cívica para formar Cambiemos, algo que desde el primer momento era sinónimo de entregarle el poder de todo a Mauricio Macri, la Unión Cívica Radical ha quedado descolocada frente a las próximas elecciones, ya que no posee candidatos propios y la idea de votar a Macri parece imposible para algunos.
Cabe recordar que la UCR había vivido una situación similar en 2007 al no tener un candidato encabezando una de las listas, pero el jujeño Gerardo Morales fue elegido por Roberto Lavagna como su candidato a vicepresidente y cumplió la cuota de presencia de la radical. Esta vez, ni siquiera ese es el caso.
Sobre el acuerdo con Macri, Ernesto Sanz -actual presidente del partido y precandidato derrotado en las PASO de Cambiemos-, declaró «hoy la UCR, que hace un año estaba cuarto en términos de posicionamiento electoral, tiene más legisladores nacionales con potencialidad de ocupar una banca el año que viene, más intendentes y más gobernadores». Sin embargo, eso no se cumplió.
La UCR no pudo ganar ninguna nueva provincia salvo Mendoza, lo cual necesitó de un acuerdo de toda la oposición al kirchnerismo para que eso ocurriera.
Por su parte, Leopoldo Moreau, ex senador por la UCR afirmó que «Muchos radicales no votarán a Macri porque hay que tener coraje para darle la espalda a la identidad nacional y popular del radicalismo” tras lanzar anoche en la ciudad de Paraná el espacio denominado Radicalismo Popular, acompañado por los candidatos a gobernador y vice del Frente para la Victoria, Gustavo Bordet y Adán Bahl.
Además, Moreau aclaró que “no pertenecemos a ningún amontonamiento que se reúne para ganar elecciones” y advirtió que votar al postulante presidencial de Cambiemos “es lo mismo que votar a (Carlos) Menem».
En la misma sintonía, tanto Massa como Scioli apuntan a seducir al voto radical desilusionado por las decisiones tomadas y el presente de su partido. ¿Qué rol jugará el voto radical en las próximas elecciones?