Juegos satánicos que pocos se atreven a jugar

A lo largo de la historia han existido algunos juegos, que podrían considerarse retos, y que son bastante populares, sobre todo entre los jóvenes

Juegos satánicos que pocos se atreven a jugar

Autor: Ángela Barraza

A lo largo de la historia han existido algunos juegos, que podrían considerarse retos, y que son bastante populares, sobre todo entre los jóvenes. Demostrar la valentía y el coraje es la razón por la que muchos jóvenes deciden adentrarse en esos juegos que invocan espíritus. El ser humano se siente atraído hacia eso que no comprende, es su naturaleza indagar en los lugares más recónditos y sumergirse en donde hay algo de peligro. Pero, ¿a qué se debe esto? No debería más bien protegerse y alejarse de aquello que pueda hacerle daño. La realidad es que nos atrae porque se trata de algo que está prohibido, o que no debería existir y debería estar escondido. Sin embargo, nuestra naturaleza nos confunde. Lo prohibido nos atrae y se vuelve irresistible. Buscamos acabar con esa curiosidad para encontrar una respuesta. Tal vez no creamos que esos juegos son verdad y sólo buscamos demostrarlo, o quizá tenemos la duda y sólo podemos saberlo si nos atrevemos a jugar.

El cristianismo se encargó de mostrarnos con Adán y Eva la tentación y los peligros de ésta. La seducción y curiosidad nos llevaron a un mundo destructivo. Contrario a esto, la ciencia nos demostró que las grandes interrogantes y la curiosidad son las que han permitido que el hombre avance. De cualquier manera, no podemos negar que la curiosidad y lo prohibido forma parte de nuestra vida en todo momento. Tal vez Oscar Wilde tenía razón cuando decía que “la única forma de vencer una tentación es dejarse arrastrar por ella”. Y puede que sólo se trate de un juego, pero hay algo que nos atrapa y nos inquieta. La decisión de jugar está en cada uno. Es elección de quienes decidan si quieren descubrir qué hay del otro lado del espejo o sobre un tablero.

Ouija

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Este es el juego más famoso con relación a espíritus. Desde el siglo XIX, cuando Elijah Jefferson Bond patentó el famoso juego del tablero. Aún hay dudas sobre si Jefferson Bond junto con los titulares Charles W. Kennard y William H.A. Maupin inventaron el juego o sólo fueron quienes tuvieron la idea de patentarlo. La Ouija o güija tiene como finalidad invocar a espíritus para responder algunas preguntas. Consiste en un tablero con letras y un triángulo que se mueve sobre éstas. Los jugadores deben colocar los dedos índices sobre este triángulo, que según se dice, se mueve hacia las letras para formar palabras, o hacia las palabras: del lado derecho un No y del otro un Sí.

Charlie, Charlie

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Este juego es una versión más sencilla de la Ouija. Una hoja de papel se divide en cuatro secciones y en cada una se escribe Sí o No, alternando las palabras. En el centro se colocan dos lápices en forma de cruz para hacer la división. Los jugadores invocan a Charlie, un espíritu que se supone contestará todas las dudas que tengan. Cuando lo haga, el lápiz que está en la parte superior girará para responder con un Sí o No.

Libro rojo

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Este juego consiste en tomar un libro de pasta roja y colocar una vela sobre la mesa. Los jugadores deberán hacer preguntas, iniciado con la básica “Libro rojo puedo entrar”. La idea es que con la mano izquierda se pasen las hojas y con un dedo de la mano derecha se seleccione de manera aleatoria una palabra del libro. Ésta deberá tener alguna relación con la pregunta y será la respuesta del espíritu que se haya invocado.

El diablo en el espejo

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Las fechas para jugar El diablo en el espejo son el 25 de diciembre o un viernes santo; la razón es porque, supuestamente, son fechas en las que Jesús no está presente. El juego consiste en pararse a las 3 de la mañana frente al espejo del baño, colocar tres velas y apagar la luz. La hora es importante porque ésta es considerada la hora del diablo y porque Jesús murió a las 3 de la tarde. Se supone que una vez frente al espejo se podrá ver al diablo.

Bloody Mary o Verónica, María la Paralítica o La Vieja del Quinto

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Este juego proviene de la leyenda que dice que tras pronunciar alguno de los nombres de arriba frente al espejo ese personaje se aparecerá. En Estados Unidos el nombre que se utiliza es el de Bloody Mary, mientras que en España es el de Verónica, María la Paralítica o La Vieja del Quinto.

Existen diversas leyendas alrededor de este personaje. En Estados Unidos hay una versión que cuenta que Mary era una joven que enfermó y aparentemente murió. La enterraron y colocaron una cuerda que tenía una campana en el exterior. Al día siguiente, la familia se dio cuenta que la campana estaba tirada y cuando la desenterraron vieron que Mary no tenía uñas, éstas estaban enterradas en la parte superior del ataúd. Mary antes de morir maldijo a todos aquellos que se atrevieran a pronunciar su nombre tres veces frente al espejo. Otra leyenda cuenta que Mary  era una joven vanidosa que cepillaba su cabello todas las noches frente al espejo antes de dormir. Un día, a manera de broma, un hombre se escondió y cuando ella iba a comenzar el ritual, él apareció y le cortó todo el cabello. Mary, desesperada, no esperó a que el cabello creciera y decidió suicidarse. Ahora, los jóvenes han utilizado la leyenda para retarse y jugar frente al espejo. El juego consiste en prender tres velas y peinarse el cabello cien veces, luego se debe pronunciar tres veces Bloody Mary.

No mirés atrás

cuarto terror

Este juego se realiza solo en una casa, algunos dicen que mientras más vieja mejor. Es importante que no haya nadie más cuando se vaya a jugar. Lo que se tiene que hacer es colocar una hoja de papel en cada puerta de la casa. En éste se hace una invitación a los espíritus y se indica la hora en que inicia y finaliza. Luego se elige alguna habitación y se quitan todos los espejos. Cuando esté por iniciar la hora, el jugador se coloca frente a una pared y cierra los ojos. Se dice que se escucharán ruidos y se podrá sentir la presencia de espíritus en la habitación, pero no importa lo que pase, nunca se debe mirar atrás. Esta es la regla principal.

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