En cualquier lugar estamos en peligro, nada parece seguro, porque ellos están al acecho, sólo a la espera de un descuido o una oportunidad. Encontramos pervertidos en todos lados, desde el típico exhibicionista que se desnuda cuando una mujer pasa, el que aprovecha un viaje en el camión para rozar el cuerpo de alguien más, hasta el que rebasa los límites de lo permitido en una sociedad para saciar sus extraños trastornos sin importarle cuánto pueda afectar a los demás.
Series de televisión y películas como El silencio de los inocentes, Mysterious skin, La ley y el orden o Secretary, retratan los trastornos sexuales de aquellos que no sólo afectan su vida sino que cambian la de los otros provocándoles miedo o serios traumas que durarán hasta el final de sus días.
A este tipo de trastornos se les llama parafilias y consisten en necesidades o fantasías sexuales del individuo que pueden referirse a objetos no humanos, sufrimiento o humillación propia o del compañero, o la más brutal: abusar de una persona.
Te presentamos los trastornos sexuales más extraños, cuya patología podría poner en riesgo la vida de más de uno.
Exhibicionismo
Es una parafilia bastante frecuente sobre todo en varones. Aquel que la padece expone sus genitales en público o se masturba delante de un extraño. No son individuos peligrosos, sino que buscan sorprender a la víctima para provocar miedo, asco, inseguridad o curiosidad, lo que provoca una sensación de superioridad y dominio. Cuando alguien se burla o es indiferente su enojo aumenta.
Froteurismo
Viene del francés fotter que significa rozar. Es una desviación sexual que provoca la excitación cuando los genitales se rozan o frotan con el cuerpo de una persona desconocida y sin su consentimiento. Este trastorno también implica el toqueteo disimulado a otras personas en lugares públicos. En muchas ocasiones el recuerdo del acto se acompaña con la masturbación. Se manifiesta entre los 15 y 20 años de edad.
Pedofilia
Aquel que posee este tipo de parafilia, experimenta excitación o placer sexual con actividades o fantasías que involucren a niños. Se distinguen dos tipos de pedofilia, una primaria, muy arraigada al sujeto y la otra secundaria, que se da por factores circunstanciales. Muchas asociaciones de pedófilos aseguran que sólo se trata de otro tipo de orientación sexual, por lo que debe ser aceptada con naturalidad.
Aquellos con masoquismo buscan placer a través del sufrimiento psicológico o físico propio. En sus fantasías sexuales, quien sufre esta parafilia, tiene la necesidad de ser humillado, golpeado, atado o expuesto a cualquier tipo de sufrimiento.
Según el Marqués de Sade, “La crueldad, lejos de ser un vicio, es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza”. En el sadismo se busca provocar daño físico o mental a alguien más, tanto ser humano como animal. Sus fantasías implican actos reales, por lo que simular no es suficiente para ellos.
Voyerismo
El voyerista se excita y satisface su placer sexual a través de los otros. Le gusta observar a otras personas desnudas teniendo relaciones sexuales. Normalmente se esconde para poder ver y no ser visto.
Clismafilia
Esta parafilia se caracteriza porque quien la tiene, recibe placer a través de la introducción de líquidos u objetos en el ano, por lo que, como parte de la estimulación sexual introducen perillas, cánulas o enemas en el ano. En casos extremos, los clismafílicos suelen fingir ante los médicos para recibir enemas o incluso llegar a autolesionarse con su práctica.
Escatología telefónica
Esta extraña parafilia caracteriza a las personas que hacen llamadas a desconocidos para realizar propuestas indecorosas, hablar de sexo de manera muy explícita o lograr que la otra persona empiece a contar algo sobre su intimidad.
Es tal vez la parafilia más extraña. Aquellos que tienen este trastorno se excitan con partes amputadas del cuerpo, sin importar qué parte sea. Lo peor de este extraño placer es que muchas veces aquellos que lo padecen se amputan alguna parte de su cuerpo.