Los cascos azules de Naciones Unidas protegerán los lugares considerados como Patrimonio de la Humanidad ante la amenaza de Estado Islámico y otros grupos islamistas que incluyen, entre sus tácticas de terror, la destrucción de la cultura histórica de las zonas donde combaten.
Así lo ha anunciado el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini, tras proponer a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el envío de esta fuerza a zonas amenazadas no sólo por la guerra, sino también por los desastres naturales.