¿El sexo con un amigo es mejor?

Suele ser una de las situaciones sometidas a más interrogantes, pero lo cierto es que cada vez se suceden con mayor asiduidad los encuentros entre amantes que comenzaron siendo amigos, personas que, llegadas a un punto, vieron en la confianza el mejor vehículo para el disfrute sexual sin preguntarse qué pasaría después… ¿o sí? He […]

¿El sexo con un amigo es mejor?

Autor: Andrea Peña

Suele ser una de las situaciones sometidas a más interrogantes, pero lo cierto es que cada vez se suceden con mayor asiduidad los encuentros entre amantes que comenzaron siendo amigos, personas que, llegadas a un punto, vieron en la confianza el mejor vehículo para el disfrute sexual sin preguntarse qué pasaría después… ¿o sí?

He aquí nuestra opinión acerca de mantener sexo con un amigo.

Placer, confianza y otros riesgos

Puede que se trate de ese nuevo amigo que viene con tu grupo desde hace unas semanas, o esa alma gemela de la infancia con la cual has crecido. Descubres que tienes una buena afinidad y que la fraternidad ha dado paso a una atracción física que sobrepasa los ligeros prejuicios que comienzan a dibujarse llegados a este punto.

Durante una noche de borrachera te dejas llevar, pareces decidida y, de repente, te descubres gozando con una persona bajo la que existe un fondo, esa complicidad que posiblemente no alcances nunca con un rollo de una noche. Sin embargo, luego despiertas sobresaltada y te preguntas si, realmente, estuvo bien tener sexo con tu amigo.

¿Quién llego antes, el amigo o el sexo?

La versión políticamente incorrecta de «la gallina o el huevo» se rige por ciertas normas que, en contadas ocasiones, no pueden escapar a los prejuicios.

El sexo con un amigo que conocías de antes puede ser genial, salvo que la relación en si misma solo puede continuar de dos formas: de una manera incómoda al compaginar amistad y confidencias con sexo, o verse encaminada hacia algo más serio.

En el primer caso, pocas personas pueden llegar a tratar por igual sexo y amistad, bien por las opiniones del resto de amigos, por un vínculo especial que se ha visto truncado por los más bajos instintos o por la tensión que esta genera de por sí.

En otras ocasiones, el sexo llega antes que la amistad, algo que no requiere de ningún tipo de restauración, ya que lo que comenzó siendo puramente placentero trasciende hacia una amistad que no se ha visto empañada, sino que surge a partir de la complicidad sexual. En este caso, mantener ambas vertientes es posible y mucho más factible.

Encaminarse hacia algo serio no es obligatorio, pues puede que concibas a esa persona como un amante con el que tienes una química especial. Sin embargo, si el sexo llega tras una larga amistad, las posibilidades de tomar las riendas de un barco confundido se verán sometidas a malentendidos y situaciones incómodas.

Claro que siempre hay excepciones y, como solemos decir, existen tantas personas como tipos de relación.

Mantener sexo con un amigo es mejor si te limitas al simple hecho del placer, ya que las consecuencias posteriores pueden resultar algo más complicadas de resolver. Si, por otra parte, la amistad surge del sexo, no será necesario restaurar ningún vínculo anterior, aunque también entras en la peligrosa zona del enamoramiento, uno de los grandes riesgos de tener un amigo con derechos. Lecciones y juegos de una vida que siempre nos pone a prueba.

 

 

Fuente: IM


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