Lo lamento porque estoy a punto de arruinar tu noche de sueño. Me disculpo, estimado lector, pero también debes culpar a tu morbo, él fue quien te trajo aquí. Seducido por un juego de palabras y una imagen que te recorrió la espina dorsal, empiezas un viaje por estas breves líneas que sirven sólo como advertencia para lo que estás dispuesto a ver. ¿Qué esperabas encontrar cuando tu cerebro mandó el impulso para entrar a este enlace? Tú mente quiso saciar esa necesidad por perversiones, violencia, situaciones de desagrado y amenazas de perturbación. Sí, porque dentro de ti se genera una atracción por lo desconocido y perturbador, por aquello que sale de los límites humanos y cuya explicación se halla perdida en los anales de la historia y las extrañas líneas de lo paranormal.
Vigila tu sueño, joven viajero, que el resultado de las siguientes imágenes no dejará tranquila tu conciencia, entrará por tus globos oculares y se colocará en lo más profundo de tu psique. Bastará con que apagues la luz y comiences a sentir una insistente mirada que te vigila desde el armario, agudizarás tu oído sólo para atormentarte con el crujir de cada mueble y sentirás un extraña onda gélida recorrer tus extremidades. Aférrate a tu voluntad de dormir y la falsa creencia de que a la mañana siguiente todo estará bien, porque no importa cuántas veces revises el closet, esa sensación de que alguien te observa nunca se irá.
¿Sigues aquí? Creí que ya estarías saciando esa latencia animal, o quizá volviste en aras de una explicación. Lamento defraudarte, pero no la hay, y es que en ocasiones no tienes que saberlo todo, porque no todo en este mundo tiene una razón de ser. Nada tiene sentido, sólo es, pero lo que sí es un hecho es que esta noche no dormirás como todas las otras noches.
Buena suerte.