El Real Madrid está tomando todas las medidas posibles para evitar que los ultras ensucien la visita de del club por Europa. Las entradas a partir de ahora serán nominales y los aficionados blancos portarán una pulsera identificativa.
El club ha dado un paso más en la firme idea de eliminar la presencia de seguidores violentos en sus partidos, ya sea en el Bernabéu o a domicilio. Tras expulsar a los Ultras Sur la pasada temporada del estadio, intenta ahora evitar también que acompañen al equipo en los desplazamientos. Para ello ha cambiado el sistema de venta de entradas que el club tenía para los encuentros que jugaba como visitante, donde en muchas ocasiones los socios adjudicatarios de las localidades terminaban vendiéndolas a reventas profesionales. Una vez en sus manos, cualquiera podía hacerse con ellas.
Algo que en Chile es perfectamente aplicable en los clubes con hinchadas más revoltosas.