¿Por qué será que a los chicos (y a los grandes…) les cuesta tanto disculparse cuando hacen algo malo? ¿No reconocen sus errores? ¿O no desean reconocerlos? En los próximos párrafos reflexiono sobre estas cuestiones y dejo algunas ayudas para enseñar a tus hijos a pedir disculpas.
¿Por qué no quieren disculparse?
Los niños son inocentes y si son pequeños quizá no distingan entre lo bueno y lo malo y por eso muchas veces no comprenden cómo y por qué han cometido un error. Sin embargo, muchas veces no quieren hacer las paces porque no han sido ellos quienes han iniciado el conflicto, y otras muchas veces ¡es por simple orgullo!
Si tienen edad para comprenderlo, calmadamente explícales que, hayan iniciado el conflicto o no, si no conversan con su amigo/a sobre el problema quizá el ambiente quede tenso y la relación no vuelva a ser la misma.
Para “disuadirlo”, hazlo pensar en todos los momentos agradables que pasó con ese amigo y en cómo sería una verdadera pena que esa cadena de buenos momentos se cortara porque ninguno de los dos quiere hablar sobre el tema ni disculparse.
¿Cuándo debes motivarlos a disculparse?
Si el niño es pequeño, siquiera hace falta que se disculpen: a los cinco minutos de una encarnizada discusión probablemente estén jugando como si nada hubiera pasado. Pero entre los chicos más grandes y también entre los adolescentes a veces un “lo siento” y un abrazo son suficientes, ¡pero otras veces no!
Los más grandes son más conscientes de sí mismos y a veces les cuesta disculparse porque el orgullo se los impide y suelen pensar que hacerlo es humillante y no desean reconocer que tienen, al menos, parte de la culpa.
¿Importa de quién es la culpa?
Muchos chicos dicen “¿por qué tengo que disculparme yo, si los dos tenemos la culpa?”. Y tienen razón. Pero en ese caso explícales que no es necesario pedir perdón, sino decirle a la otra persona“no quiero que estemos enojados, ¿podemos ser amigos?”.
La crianza y los ejemplos que reciban tus hijos tendrá mucho que ver con si actitud hacia la aceptación de sus errores y la posibilidad de que pidan disculpas.
No olvides que si crecen en un grupo familiar donde casi nunca se piden disculpas, eso contribuirá a que a tus hijos les cueste reconocer sus fallos. ¡Si no lo aprenden de niños llegar a disculparse sinceramente como adultos les será muy difícil!
Fuente: IM