Demasiada lengua ahí
Esta cuestión trae debate, pero sí que hay un límite en el que solemos estar de acuerdo todas: un helicóptero arranca en la boca de tu pareja y tu clítoris se pregunta si esto tiene que ver con el hecho de que le hayas confesado que te pondría a cien hacerlo en el Charlie Tango (el helicóptero del Señor Grey). Tampoco hace falta que el nivel treinta del juego de la serpiente se dispute en tu boca, así que si te perturba,anúnciale que te gusta ir a otra marcha para poder disfrutar al máximo.
¿Cómo vuelves a casa?
Acabas de tener un orgasmo de lo más intenso y estás recuperando la respiración. Es entonces cuando hace esa improcedente pregunta. Dile que volverás en un tractor amarillo. No, en serio, hazle saber que eso se piensa más tarde. Primero, que deje que te relajes y luego, si quiere que te vayas tan rápido, no vuelvas. HUH!
¿Cómo he estado?
Termináis y nada más acabar, te suelta la pregunta. Si ha sido nefasto,no te apetece comentarlo en ese momento. Mejor hacerlo en Starbuckscon amigas mientras subís un bodegón a Instagram. Si te lo pregunta, es mejor aplazar la entrevista para cuando no estéis tan en caliente. Si vuestra historia avanza, contaos qué es lo que más os gusta para que el sexo entre los dos sea lo más en el futuro. Ponerlo en común es esencial, pero no justo después del tema. HOMBRE.
¡Mírame, mírame!
Pero, ¿por qué? ¿Por qué hay hombres que piden ser mirados todo el rato? No motiva. De hecho si no hay mucha confianza es hasta bizarro. Hazte la loca y gime con los ojos cerrados si insiste y no te apetece. Tú a tu rollo. Claro que sí.
Esto no es una película porno
Os ponéis de lleno con el tema. Parece que os habéis acomodado y de repente –y sin preguntar–, se le ocurre la genial idea de salir de ti, darte la vuelta y adoptar una postura que te deja pasmada. Y luego otra. Y otra. ¿Es necesario? De verdad que si se habla podéis jugar, pero primero que pregunte, no estáis en una película porno
¿Llegas ya?
¿Qué? La peor pregunta si se ha propuesto que tienes que alcanzar el clímax y tú simplemente te estabas dejando llevar porque estabas disfrutando de verdad. ¿Por qué quiere saber en qué punto estoy? ¿Está cansando? ¿Intenta excitarme con ese tono que ha puesto? Con todas esas preguntas que te haces ya no habrá manera de llegar y te planteas fingirlo. STOP! No lo hagas. Tiene que saber que para ti no todo es llegar al orgasmo, que si lo haces, genial, pero no hemos venido aquí a forzar.
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Dirty talker
Igual te pone, ya ahí depende de cada una, pero, ¿cómo es el típico al que le encanta decir guarradas al oído? Hay veces que en lugar de subirnos la libido, nos entra la risa. Hay que hablarlo, porque si no te gusta, no hay necesidad de aguantarse la carcajada.
Fuente: Cosmohispano