“Nunca he dejado que la escuela interfiera con mi educación”
-Mark Twain
Hay una revolución que está germinando desde hace años y poco a poco se materializa. La desigualdad, opresión y negligencia son algunos de las conceptos que buscan derrocar, pero a diferencia de las revoluciones conocidas, ésta no se pelea en nombre de un país, se hace en nombre de la humanidad. Es una revolución educativa. Después de tener un siglo de revoluciones sociales y levantamientos armados es hora de voltear a ver lo que sucede en las escuelas.
Durante años vivimos con la idea de ir al escuela, sacar buenas calificaciones, asistir a la universidad y estudiar mucho -una carrera en una campo fructífero de preferencia- para después conseguir un empleo, casarse, tener hijos y vivir esa vida que siempre hemos querido.
Ese es el sueño americano, que de alguna forma cruzó fronteras y llegó a muchos otros países; un sueño gestado en una época lejana de posguerra. El crecimiento económico permitía cumplir nuestras metas, pero el siglo XXI está bastante alejado de esa realidad. Hoy las escuelas funcionan más como cárceles, matan la creatividad y hacen que los alumnos desarrollen una de las siete inteligencias que el humano posee.
El problema no es nuevo pero la gente continúa ajena a la realidad. Un ejemplo de lo que sucede en las escuelas se puede ver con grandes personalidades que simplemente un día desertaron. El abandono escolar no fue para ellos un impedimento para lograr lo que querían, más bien fue la liberación de un sistema que los moldeaba para ser alguien que no eran. Muchos conocemos casos de artistas que no asistieron al escuela y triunfaron, quizá la idea con ellos no sea tan descabellada por la misma razón de que la escuela no se enfoca en las humanidades, pero si se analizan las grandes empresas que realmente están transformando el mundo se puede encontrar que los dueños no tienen un titulo profesional. Aquí sus historias.
Uno de los hombres más famosos e importantes del mundo y el joven multimillonario que transformó la forma de comunicarnos para bien o para mal. Existen documentales e incluso cintas de ficción basadas en su vida, enfocadas en el momento en que decidió que lo que necesitaba no era asistir a la mejor escuela del mundo sino generar una plataforma que cambiara al mundo. Según el libro The Facebook Effect, a Zuckerberg y su socio Dustin Moskovitz les tomó cinco minutos decidir que no regresarían a Harvard.
Apple y Microsoft
Dos rivales mediáticos, una de las personas más ricas del mundo y el genio creativo del siglo XXI. Steve Jobs dejó la escuela debido a problemas financieros, pero asistió como oyente durante poco más de un año y después continúo su educación por su cuenta. Por su parte, Bill Gates, el hombre con una fortuna de 77.5 billones de dólares, cursó gran parte de la universidad pero al escuchar sobre las nuevas computadoras que se estaban creando decidió que no podía perder un minuto más y sin importarle el titulo dejó la universidad para crear su propia tecnología.
Wikileaks
El mundo cambió a partir de las filtraciones de Wikileaks. Lo que todos sospechaban se confirmó y el miedo de que el gobierno decidiera tener bajas civiles para asegurar sus objetivos puso a muchos poderosos en la mira. Julian Assange desde entonces se encuentra en la cuerda floja, pero el hombre que creó esta red de periodistas, activistas y hackers no necesitó de un titulo universitario, él abandonó la escuela a los 19 años.
El gigante de las comunicaciones es la aplicación que mostró que los servicios de mensajería eran una estafa y cuenta la historia de alguien que cambió la forma en que nos comunicamos. Uno de sus fundadores, Jan Koum tuvo una vida difícil. Nació en Ucrania y a los 16 años emigró a Estados Unidos donde tuvo que trabajar desde entonces para ganarse la vida. Esa vida difícil lo hizo jurar que se esforzaría por sacar adelante a su familia, por lo que entre trabajos aprendió a programar gracias a manuales de segunda mano que no le pertenecían. A los 18 años entró a la universidad y al poco tiempo tenía una pasantía en Yahoo. Dos semanas después de comenzar su pasantía uno de los servidores de la compañía colapsó y él se encontraba en clase. Recibió un mensaje que le pedía ir y arreglar el problema, él contestó que estaba en clase. Entonces uno de los fundadores de Yahoo le contestó: “¿Qué carajos haces en clase?”, Konum no lo pensó dos veces y abandonó la escuela para siempre.
Uber
Las batallas legales que Uber enfrenta no suponen un problema para su fundador, Travis Kalanick. Él dejó la famosa UCLA a los 21 años para fundar Scour, su primer compañía. Pronto enfrentó una demanda imposible de pagar y se declaró en bancarrota. Eso desanimaría a muchos, pero Kalanick se mantuvo positivo y ahora es dueño de una compañía que está causando una revolución en la forma en que nos transformamos, tanto que los gobiernos comienzan a intervenir en la forma en que se da el servicio.
La escuela no lo enseña todo, Nikhil Goyal es un estadounidense de 20 años que tiene un libro publicado en el que habla de la incongruencia de las reformas educativas y el porqué deberíamos abandonar la escuela o por lo menos encontrar nuevos modelos educativos. Hay distintas razones para dejar la escuela:
Comenzar un negocio
Las personas antes mencionadas son un ejemplo perfecto de lo que abandonar la escuela puede causar.
Internet
Gran parte del conocimiento humano se encuentra en línea. Es cuestión de dejar a un lado el distractor y considerar la pantalla un salón de clases, cerrar las redes sociales, ver videos que tengan que ver directamente con nuestra educación y la maestría de nuestras habilidades. Incluso existen muchas páginas en las que puedes tomar cursos gratuitos.
Hay escuelas de arte y escuelas alternativas, pero muchas caen poco a poco en la trivialidad y burocracia de una escuela formal y pocas son las que realmente explotan el lado creativo de las personas. Hoy muchas escuelas de música enseñan sobre cómo venderte como marca u obligan al estudiante a aprender a tocar de cierta manera en lugar de explotar la capacidad creativa.
Educación
Hay gente que simplemente no nació para estar horas en un salón de clases, que aprende de otra forma. Limitar a la especie humana a aprender de la misma forma es quizá uno de los peores errores que se han cometido hablando del desarrollo personal.
Lo que muchos consideran una utopía es el lugar de estudio para muchos expertos. La educación no puede seguir el mismo camino, y aunque existen muchos factores -económicos, sociales e incluso religiosos-, hay quienes tienen soluciones tan simples como aprender a través de bibliotecas.
“Abandona la escuela antes de que se pudra tu mente por exponerla a nuestro mediocre sistema educativo. ¡Olvídate del título y ve a una biblioteca, edúcate a ti mismo si tienes las pelotas bien puestas! Algunos de ustedes parecen robots plásticos a quienes le dicen qué leer”.
– Frank Zappa
Es una decisión difícil, y definitivamente no es para todos. Un doctor necesita licencia para salvar vidas y nunca podría dejar la escuela. Otras profesiones necesitan de un titulo para trabajar en grandes empresas, pero muchos no buscan eso, quieren transformar, crear y comenzar algo desde cero. Un trabajo difícil, mucha disciplina y una mente curiosa que nunca dejará de estudiar a pesar de no estar en un salón de clases es lo que esta gente representa, ¿Eres uno de ellos?
Visto en CulturaColectiva