El hombre siempre se ve influenciado por los demás, hay líderes en la historia que han definido el rumbo de civilizaciones enteras, pero, en ocasiones, nuestra imaginación es tan poderosa que es capaz de crear personajes con el mismo poder que un ser real, son miles los personajes que han marcado a generaciones enteras y son parte de la imaginería mundial. El poder de Estados Unidos y otros países occidentales sobre el resto del mundo ha provocado que los personajes tradicionales de su cultura se conviertan en iconos mundiales. Te presentamos cinco de los personajes ficticios que han ejercido fuertemente sobre la sociedad moderna, y que hoy forman parte indiscutible de cualquier cultura influida por occidente.
Santa Claus
Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel, el Padre de la Navidad o simplemente Santa es un personaje infantil de origen folclórico, muy popular en las culturas occidentales. Trae regalos a los niños la noche del 24 de diciembre, en la Nochebuena. La figura actual de Santa Claus viene del tradicional personaje holandés Sinterklaas, cuyo nombre quiere decir San Nicolás, quien era un obispo griego que daba regalos a los niños. Durante la cristianización de la Europa Germana, esta figura absorbió muchos elementos del Dios Odín, quien en la imaginería germana realizaba una procesión fantasmal en el cielo de invierno.
Rosie the Riveter
Probablemente su nombre es desconocido por muchos, pero su imagen ha marcado el rumbo de la concepción de las mujeres y su lugar en la sociedad, así como la instalación y la imagen del movimiento feminista. Es un ícono cultural de Estados Unidos que representa a las mujeres que trabajaban en las fábricas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, muchas de ellas produciendo municiones y suministros bélicos. En ocasiones, estas mujeres aceptaban empleos totalmente nuevos, reemplazando a los hombres que combatían en la guerra. Rosie le dijo a las mujeres que pueden hacer lo que ellas se propongan, y que son tan fuertes y valientes como un hombre; motivó a una generación entera de mujeres en edad productiva a salir de sus casas y ser parte de la fuerza bélica estadounidense, convirtiéndose después en un ícono del poder femenino. Una vez que las mujeres comenzaron a trabajar nunca se volvió atrás, y la ejecución de trabajos que podrían ser considerados como “masculinos” pueden ser realizados por mujeres (cada vez más) gracias a la imagen de Rosie.
Big Brother
Cuando se trata de definir la sociedad moderna, no es posible definirla sin la imagen del Big Brother o el Gran Hermano, que a demás de ser una profecía que George Orwell anticipó en su libro 1984, que de cierto modo se ha ido cumpliendo, ha servido como imagen para miles de protestas sociales que se han llevado a cabo por generaciones. Su nombre se convoca cada vez que el gobierno o una imagen autoritaria sobrepasa la restriccion del derecho de las personas y que parece pasar por alto la libertad. Todos reconocen su rostro, sus convicciones, y todos le temen al potencial de autoridad que puede ejercer al gobernar nuestras vidas.
Superhéroes
Decir “superhéroes” no se refiere a algún personaje en especifico, pero nos referimos a esta serie de figuras que hoy son parte de la ficción popular, son una especie de personajes que poseen talentos extraordinarios, capaces de llevar a cabo fenómenos sobrenaturales y tienen como meta moral la protección de la sociedad. Estos personajes se originaron en los cómics estadounidenses de los años 30, después de la Segunda Guerra Mundial como respuesta a la falta de protección que se sentía, y hoy son parte de toda una corriente adoptada no solamente por los pequeños, sino por personas de todas las edades. Simbolizan el bien y la defensa de los derechos humanos y han sido bien aceptados por las sociedades mundiales porque proveen esa seguridad que se necesita, o al menos la simbolizan.
Princesas de Disney
Los niños que nacieron a partir de la década de los 70 crecieron con las animaciones que Walt Disney dejó como legado. Entre estos personajes destacan las princesas (Cenicienta, Blancanieves, La Bella durmiente), que han cautivado a millones de niñas con sus bellos vestidos, voces celestiales y servicial personalidad. Sin embargo, han provocado un conflicto de roles en la sociedad, pues muestran a las mujeres como un sujeto de necesidad, cuya vida no puede ser completa sin un hombre y van completamente en contra de la ideología del movimiento feminista, han generado en la mente de las niñas que crecieron con estas películas una idealista concepción del amor, de las relaciones en parejas y de lo que significa “vivir felices por siempre”. Gracias a esto, Disney cambió su fórmula y algunas de las nuevas princesas responden un poco a esto con personalidades más asertivas y fuertes, un claro ejemplo es Mérida, de Valiente, quien no se conformó en ningún momento con su rol preestablecido y decidió luchar por sus convicciones.
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