«Un 75% de los clérigos prefieren a Ahmed bin Abdulaziz, de 73 años [el hermano del rey actual]», ha asegurado el príncipe disidente en una entrevista para el periódico británico ‘The Independent’. El apoyo de los clérigos sería vital para cualquier cambio en el gobierno saudí ya que según las normas del país, solo ellos pueden conferir la legitimad religiosa, que significa también el liderazgo político.
Por otro lado, la idea del golpe del Estado está apoyada por ocho de doce hijos sobrevivientes del fundador del país Abdelaziz bin Saud (en total el monarca tuvo 37 hijos). El príncipe disidente, cuyo nombre no fue revelado por razones de seguridad, a principios de octubre publicó dos cartas llamando a la familia real a retirar del poder al rey Salmán.
La tensión dentro de la familia real crece debido a varias razones. Primero, la edad y la inquietante salud de Salmán, que heredó el trono el pasado 23 de enero de 2015 con 79 años. Un papel importante tuvo también la decisión de Salmán de nombrar como heredero a su hijo Mohamed bin Salmán, lo que generó por primera vez en la historia del país la situación de que el heredero del trono no es un hijo del fundador del Estado, Abdelaziz bin Saud, sino su nieto.
Por otro lado (y a lo mejor lo más importante), están las controvertidas decisiones políticas del monarca: la continua y costosa guerra en Yemen contra los rebeldes hutíes y la reciente tragedia en La Meca, donde centenares de personas murieron en una estampida en la Gran Mezquita, así como también los problemas económicos en el Estado árabe.
El príncipe disidente espera que el cambio de poder en caso de llevarse a cabo sea de carácter pacífico y asegura que si el rey Salmán no lucha por guardar su puesto «será respetado dentro y fuera de Arabia Saudita». Según él, el príncipe Ahmed es apoyado por sus hermanos mayores y autoridades religiosas del país debido a su experiencia y modo de vida «moderado». «Quiere introducir reformas como la libertad de pensamiento, limpiar el sistema judicial y liberar a los presos políticos que no tienen nada que ver con el terrorismo», afirma.