Uno de los mayores enemigos de la civilización moderna es la contaminación. De hecho, es la causante de diversas enfermedades, muchas de ellas mortales. Así, estudios recientes han probado que el mecanismo de absorción de sustancias dañinas a través de la piel no es tan lento como se creía anteriormente.
Los pulmones son los responsables de transmitir los contaminantes del aire al cuerpo, aunque un nuevo estudio publicado en la revista médica ‘Environmental Health Perspectives‘ ha demostrado que algunos contaminantes (semivolátiles, como ftalatos) pueden entrar en el organismo a través de la piel. Este efecto se conoce como ‘absorción dérmica’ y la cantidad de contaminantes absorbidos y toxinas pueden ser equivalentes a las que entran vía respiratoria. Así, peligrosos productos químicos entran en el torrente sanguíneo y pueden causar una reacción tóxica.
Los ftalatos o ésteres de ácido ftálico son sustancias químicas que incrementan la flexibilidad en los plásticos. En altas concentraciones, dichas sustancias podrían causar asma y cáncer. En un experimento llevado a cabo por un equipo de científicos internacionales participaron seis personas, que fueron expuestas a elevadas concentraciones de sustancias químicas en el aire tales como el dietil ftalato (DEP) y Di-n-Butil Ftalato (DNBP). Estos componentes pueden estar presentes en el hogar, concretamente en productos para el cuidado personal (cremas hidratantes, quitaesmalte de uñas, productos de limpieza, perfumería, artículos de plástico y otros elementos que utilizamos diariamente).
El análisis de muestras de orina de los participantes del experimento demostró que los niveles de absorción de su piel fueron altos. Somos grandes esponjas para las sustancias químicas que se encuentran en el entorno que nos rodea.