Christina María Aguilera comenzó -junto a su némesis, Britney Spears- de la mano de la mega compañía Disney, en el programa televisivo Mickey Mouse Club.
En 1997, con tan solo 17 años, descolló con la potencia de su voz al grabar la banda de sonido de la película animada Mulán. Dos años después, lanzó al mercado su primer álbum, Chrsitina Aguilera, con éxitos como Genie In a Bottle y What Girl Wants, disco que la catapultaría hacia la esfera de los íconos adolescentes y de la cultura pop de la época.
A principios de 2000, Christina grabó un álbum completamente en español para poder conquistar aún más a la audiencia sudamericana, y no le fue mal: Christina es la primer norteamericana en ganar un Grammy Latino, galardón que le fue otorgado por el disco Mi Reflejo.
La rubia de ojos azules estaba en la cresta de la ola: en 2001 participó junto a otras artistas como Pink y Lil´Kim en la canción principal del musical Mouline Rouge, Lady Marmalade. Tanto el tema como el videclip, fueron automáticamente consumidos por millones de personas y el soundtrack de la película protagonizada por Nicole Kidman superó, en aquel entonces, la popularidad del film en sí.
Los años siguientes fueron de más discos, algunos con mejor acogida que otros, y hasta rodó, sin pena ni gloria, una película junto a Cher, Burlesque.
A raíz de algunos cambios en su peso, los medios amarillistas la volvieron portada: hacían comparaciones de cómo lucía Christina en los tempranos 2000 y cómo lucía en el 2011. Ese mismo año, Christina se divorció de quien fuera su marido desde 2005, Jordan Bratman.
Ella, sin embargo, siguió trabajando duro y un tiempo después participó de la versión norteamericana del reality The Voice como uno de sus jurados.
Hoy, luego de haber dado a luz por tercera vez y en pareja con Matthew Rutler, se prepara para la promoción y el lanzamiento de su octavo álbum.
Mientras tanto, hace imitaciones en programas televisivos que se transforman en videos virales: