El presidente palestino, Mahmud Abbás, pidió este jueves en las Naciones Unidas que envíe un régimen de protección especial para el pueblo de los territorios ocupados, incluido Jerusalén Este, donde ahora se vive “la peor y más crítica» situación desde 1948.
Abbás asistió a una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y exigió a la llamada comunidad internacional sentarse hablar de justicia para su país.
“Ha llegado el momento de que la comunidad internacional pase de hablar sobre la justicia de la causa palestina a adoptar mecanismos y procedimientos en favor de la justicia para mi pueblo», reclamó el presidente palestino, tras acotar que desde la creación del Estado judío (1948) el régimen de Tel Aviv no cesa sus hostilidades.
Recalcó que no se alcanzará la paz en la región mientras no se ponga fin a la ocupación ilegal israelí y no se obtenga la independencia del Estado de Palestina, reconociendo a Jerusalén Este como su capital y respetando las fronteras establecidas en 1967.
“Ocurrió lo que advertíamos la situación en los territorios ocupados palestinos, sobre todo en Jerusalén Este, es la peor y más crítica desde 1948. Es el resultado de la contínua ocupación israelí y sus prácticas (…) es momento de una intervención decidida antes de que sea demasiado tarde (…) las Naciones Unidas, sus agencias, deben tomar sus responsabilidades”, expresó Abbás ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Israel ha incrementado la construcción de asentamientos de colonos en los territorios palestinos y los ha dotado de caminos que son custodiados por el Ejército. Además ha reforzado la edificación de un muro de separación con el enclave costero palestino.
En ese sentido, el mandatario denunció que el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, usa una estrategia para aumentar las colonias judíos y “presentar esto como hechos consumados y que queden anclados en un nuevo régimen basado en discriminación racial».
Acusó a los colonos sionistas de cometer graves crímenes contra los palestinos y gozar de la impunidad gracias al respaldo de las fuerzas israelíes en los territorios ocupados.
«Israel vulnera sistemáticamente los derechos humanos (de los palestinos), el derecho humanitario internacional y actúa como un Estado por encima de la ley, al que no se le puede castigar ni tomarse por responsable», sentenció Abbás.
Desde el 1 de octubre el pueblo palestino vive el asedio israelí a consecuencia de la expulsión de cientos de musulmanes de la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén. Han muerto más de 58 palestinos – un tercio de ellos por apuñalamientos – y 11 israelíes, de acuerdo con cifras de la ONU.
El régimen sionista quiere destruir y convertir la Explanada de Mezquitas (el tercer lugar más sagrado para los musulmanes) en un Monte Templo Judío por considerarlo un recinto para esa religión.
El dato
El 5 de octubre el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ordenó reprimir “con mano de hierro” las marchas palestinas contra las políticas racistas promovidas por su Gobierno en Cisjordania y Jerusalén, y para ello prometió el envió de cuatro mil efectivos militares hacia Jerusalén.