La mayoría de las mujeres experimentan cambios físicos bastante drásticos cuando llegan a sus 40 y 50 años , y la mayoría de las veces, estos cambios corporales no son realmente visibles. Pero lo cierto es que, a lo largo de toda la vida de las mujeres, desde la pubertad, los cambios hormonales son una constante.
Muchísimas veces, los cambios internos importantes que reflejan las mujeres se basan en cambios en sus hormonas. Si bien, algunos de estos síntomas podrían ser causados por cambios en la dieta, estilo de vida y el ambiente exterior, como por ejemplo: el insomnio puede ser causado por los cigarrillos, la mayoría de las veces, estos síntomas revelan un desequilibrio hormonal natural.
En esta guía exclusiva, resumimos algunos de los síntomas generales que debes tener en cuenta si sospechas que estás sufriendo cambios hormonales. Estos síntomas pueden muy bien ser un efecto secundario de la perimenopausia, un período en que los niveles de estrógeno y la producción de los óvulos disminuyen.
Echa un vistazo a estos síntomas:
1. Dolores de cabeza y migrañas.
Los dolores de cabeza y las migrañas durante mucho tiempo han sido vinculados a la hormona femenina estrógeno. Esta hormona poderosa controla los químicos en el cerebro que causan o alivian los dolores. Por lo tanto, una disminución en los niveles de estrógeno puede dar lugar a dolores de cabeza.
De acuerdo con WomensHealth.gov, alrededor de dos tercios de las mujeres que regularmente tienen migrañas dicen que sus síntomas se disipan gradualmente cuando llegan a la menopausia. Pero para otras, los síntomas empeoran.
2. Pobres patrones de sueño o insomnio.
Tanto en la perimenopausia como en la menopausia, los ovarios de una mujer dejan de producir una gran cantidad de progesterona, que ayudan a promover el sueño. Esto puede ser muy inquietante, y de acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño (EE.UU.), el equilibrio alterado en estos niveles hormonales específicos puede causar dificultad para conciliar el sueño, o la capacidad de conciliar el sueño en general.
Además, los niveles bajos de estrógeno pueden causar que seas más propensa a ser afectada por factores ambientales, que pueden conducir a trastornos en el sueño.
3. Alta Irritabilidad.
Durante las diferentes etapas de la menopausia, los niveles hormonales fluctuantes pueden tener un efecto directo y complicado en cómo el cerebro organiza los estados de ánimo y las emociones. Por lo tanto, la alta irritabilidad probablemente puede ser uno de los efectos secundarios de este período difícil. Después de todo, el 50% de las mujeres perimenopáusicas experimentan lo que se conoce como síntomas “emocionales”.
Estos pueden incluir cualquier tipo de alteración en el estado de ánimo, experimentando altibajos con bastante rapidez.
4. La sudoración excesiva.
Los sofocos son uno de los signos más evidentes de la perimenopausia y la menopausia. Sin embargo, cada quien experimenta este síntoma en particular, de manera diferente. Algunas mujeres experimentan este síntoma sin sudar en absoluto, pero otras sudan constantemente, e incluso, luchan con él por las noches.
De acuerdo con WebMD, hasta el 75% de las mujeres experimentan sofocos y sudores, tanto de día como de noche, cuando están en una etapa de la perimenopausia, y para el 25 a 30% de las mujeres, este síntoma puede ser lo suficientemente grave como para afectar su calidad de vida, dice la Dra. Valerie Omicioli, profesora de ginecología en la Universidad de Maryland.
5. Fatiga constante.
Hay diferentes niveles de fatiga. Uno a tener en cuenta es la fatiga que “tumba”, que provoca debilidad muscular, cansancio, y evidentes niveles de energía reducidos. Esto es diferente de la mera somnolencia, que es lo que se siente cuando quieres dormir.
Si estás experimentando síntomas que son más drásticos de lo habitual, asegúrate de ir al médico. La fatiga podría confundirse con el síndrome de fatiga crónica, que no mejora con el descanso. La enfermedad puede afectar negativamente la actividad física y mental.
6. Cambios de humor.
No está del todo claro lo que causa los repentinos cambios de humor, pero hay una fuerte conexión entre los niveles hormonales fluctuantes y los cambios en las emociones.
Las hormonas que desencadenan la ovulación y la menstruación también ayudan a la liberación de serotonina, una sustancia química que ayuda a regular el estado de ánimo, durante la menopausia, estas hormonas disminuyen, y a su vez, también lo hace el nivel de serotonina, dice la experta en menopausia, Eileen Durward.
Por desgracia, la disminución de los niveles hormonales no siempre es suave. Cuando los niveles de serotonina son altos, estarás con un mejor estado de ánimo. Sin embargo, un déficit en serotonina conduce a peores estados de ánimo.
7. Indigestión.
Problemas con la indigestión también pueden surgir como resultado del desequilibrio hormonal. Al pasar por la perimenopausia o la menopausia, como los niveles de estrógeno bajan, los niveles de cortisol están fuera de balance.
Cuando los niveles de estrógeno son altos, el cortisol es bajo, y así es como se mantienen los niveles de azúcar en la sangre y la presión arterial bajo control, cuando los niveles de estrógeno son bajos, la adrenalina puede ser “activada” con mayor facilidad. Y de acuerdo a Durward, esto afecta en gran medida las capacidades digestivas del cuerpo. Puedes tener más gases, hincharte más fácilmente, y sufrir de estreñimiento.
8. Antojos repentinos.
Al pasar por las etapas de la menopausia, las principales hormonas de nuestro cuerpo – insulina, adrenalina y cortisol – pasan por un viaje turbulento, mientras la adrenalina y el cortisol gestionan nuestros niveles de estrés, la insulina controla nuestros niveles de azúcar en la sangre, y aumentará cuando consumimos demasiado azúcar y alimentos procesados.
Cuando experimentamos un desequilibrio hormonal, nuestros cuerpos por lo general no tienen suficientes recursos para producir grandes cantidades de hormonas secundarias, como el estrógeno y la progesterona, según la Dra. Marcelle Pick, ginecóloga.
Estas hormonas son responsables de una red más amplia de propiedades, como el metabolismo, la digestión, y, muy importante, el apetito. Una desconexión en esta red causará síntomas como aumento de peso.
9. Pérdida de la memoria súbita.
Hay muchas cosas que pueden conducir a la pérdida de memoria a corto plazo y “la niebla” del cerebro. Una gran causa es la disfunción de la tiroides, pero otras causas incluyen la fatiga, el estrés, falta de sueño, y las hormonas desequilibradas.
Según el experto en Magnolia Miller, los niveles bajos de estrógeno afectan directamente nuestros neurotransmisores, los cuales pueden afectar nuestro estado de ánimo, los niveles de estrés, nuestra memoria y nuestra capacidad de pensar. Como resultado de ello, surgen problemas de memoria a corto plazo.
10. Cambios en los senos.
La disminución de los niveles hormonales de estrógeno afecta la piel de una manera muy brusca. La piel se vuelve seca y menos elástica. Los senos pierden firmeza y, en muchos casos, cambian de tamaño.
Por otra parte, la caída en los niveles de hormonas afecta los tejidos conectivos y los músculos de las mamas. Según los expertos, algunos de los cambios incluyen una apariencia estirada, desplazamiento de los pezones, y aparición de bultos.
Si notas algo muy fuera de lo común (como un bulto irregular o protuberancia), no importa la edad que tengas, debes acudir al médico para un chequeo.
Vía: http://difundir.org