En cientos de ocasiones, somos las mujeres quienes nos quejamos de nuestro cuerpo y quienes no criticamos al resto por no cumplir con un estereotipo perfecto y las que consideramos cirugías plásticas para aumentar nuestro busto y nalgas como la mejor opción para vernos hermosas.
Somos tan inseguras que necesitamos a un hombre que nos dé estabilidad emocional, necesitamos que todo el tiempo nos digan lo hermosas que somos, lo guapas que lucimos con ese vestido o el corte de cabello nuevo que nos acabamos de hacer. Dependemos de los demás para formar nuestro carácter y estado de ánimo. Pero ¿qué hay de malo con nuestro cuerpo?
Ni siquiera nosotras mismas somos capaces de comprendernos al 100%, creemos que las demás, a diferencia de nosotros sí son perfectas, que con ese cuerpo conquistan a todos los hombres. Nos criticamos y destruimos, pero en realidad, todas somos tan parecidas que nos daría asco considerar las semejanzas que tenemos con quien no queremos.
Hombres y mujeres tienen ideas marcadas sobre el comportamiento femenino y su cuerpo, de cómo deberían ser y qué es lo que va en cada parte de su estructura. El desnudo femenino es un misterio bastante difícil de resolver. 20 mil años a.C. la Venus de Willendorf era considerada uno de los estereotipos de belleza más importantes, un monolito con enormes senos, caderas anchas y vientre abultado para la fertilidad, pero las cánones cambiaron y también los gustos.
En los 90, la Barbie era considerada como la muñeca que mostraba el ideal femenino, con una cintura muy pequeña, piernas largas y ojos grandes, un parámetro imposible de lograr en la vida real, puesto que, según investigaciones, este cuerpo era imposible de moldear en la realidad.
El ideal contra lo real se convirtió en un debate ríspido. Las pasarelas y revistas de moda nos mostraban mujeres sofisticadas con cuerpos que marcaban tendencia. Los hombres morían por ellas y buscábamos parecernos un poco más para que también murieran por nosotras.
Te presentamos algunos estereotipos del cuerpo femenino que todos creemos son adecuados y normales pero con un poco de análisis, se vuelven absurdos.
Celulitis
Solemos creer que las demás mujeres no tienen celulitis, nos avergonzamos de nuestras piernas o nalgas porque pequeñas bolitas de grasa se empiezan a formar en nuestra piel, pero en realidad, el 90% de las mujeres la padece.
Senos grandes
Mientras más grandes sean sus senos, mejor se ven las mujeres, según una gran cantidad de caballeros. Nosotras, para lucir mejor, inventamos toda clase de productos que hagan que nuestros atributos sean más notorios: brasieres con relleno, con push up, implantes de silicón o hasta papel higiénico, son utilizados para aumentar los senos.
Curvas perfectas
El anhelado cuerpo de guitarra que todas deseamos, en el que las caderas y los senos enmarcan una pequeña cintura de no más de 60 centímetros, parece casi imposible de cumplir, pero cuando vemos una pasarela o las medidas de las actrices más famosas, nos damos cuenta que, en realidad, sí existen personas que lo logran. Las demás, las que vivimos sin ningún tipo de dieta de por vida o rutina de ejercicios constantes, somos las que vivimos acomplejadas por no cumplir el “estándar” impuesto.
Ojos grandes
La mirada es la ventana al alma, y muchas mujeres se lo toman tan enserio que hacen lo que sea para conseguir una vista intensa, ojos profundos y pestañas grandes que los acompañen. Existe la mascara, sombras, delineador y miles de cosméticos que logran su objetivo, de hecho, es tanto el deseo, que aquellas que tienen ojos pequeños pueden someterse a una cirugía plástica para arreglarlo y que sus párpados den espacio al ojo.
Nada de vello por ningún lado
La mujer debe ser delicada y tersa, su piel no debe tener imperfecciones ni sentir esos vellos, apenas salientes, que se encuentran en su cuerpo. Ningún lugar debe tener más vello del necesario, las piernas, los brazos, las axilas y hasta el pubis deben parecer lisos como el mármol. Y nosotras, marcadas por las antiguas tradiciones que datan de hace 3 mil años, donde utilizaban sangre de animales para retirar el vello púbico, continuamos con los métodos ya no tan primitivos para retirar todo lo que podamos.
Talla 0
La mítica talla cero que parece que el pantalón entubado parezca un brazo de sueter, nos vuelve locas. En las tiendas de ropa vemos mujeres acomplejadas por no encontrar una talla pequeña, luchan contra el pantalón, el cierre y el botón para lograr que sus piernas no luzcan absurdamente abotargadas adentro de un pantalón que evidentemente no es para ellas. Sin darnos cuenta que la ropa que va con nuestro peso nos haría sentir mucho más cómodas y seguras con nuestra apariencia.
Una cintura pequeña
El famoso procedimiento mítico de retirar costillas para lucir una cintura más pequeña no parece tan absurdo cuando nos damos cuenta que el procedimiento sí se practica. Te quitan las costillas flotantes para lograr que tu cintura sea más pronunciada, pero, ¿por qué tanta obsesión con esta parte de nuestro cuerpo?
Piernas largas
El sueño de hombres y mujeres son unas piernas largas que le den porte y estilo al resto del cuerpo.
Labios grandes
Usamos miles de productos en los labios para darles un toque que los enloquezca, labiales de colores, colágeno y brillo, son utilizados para que se vean más abultados y llamen más la atención de quienes queremos conquistar.
Estrías
Las estrías que vienen con drásticos cambios de peso, se convierten en una de las imperfecciones más notables de nuestro cuerpo, nadie quiere tener una pequeña línea blanquecina que pase por nuestra cadera pero, muchas veces, los hombres ni siquiera observan el pequeño detalle.
Por Julieta Sanguino