La Fiscalía de la región Oriente de México investiga una fosa común clandestina en la comunidad de Tetelcingo en el estado de Morelos, en la que fueron inhumados 105 cuerpos, según medios mexicanos. La fosa fue utilizada sin autorización de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos.
La FGE argumenta que enterró allí cadáveres no reclamados o no reconocidos. No obstante, se sabe que al menos una persona, Oliver Navarrete Hernández, que fue víctima de secuestro, fue inhumado allí, pese a que su familia exigía su cuerpo a la Fiscalía, según ‘La Jornada‘.
La familia logró obligar a la FGE exhumar el cuerpo, y mientras esta se realizaba se observó decenas de cuerpos en bolsas de plástico, algunas de las cuales aún tenían números de expedientes que correspondían a sus casos, y otras no tenían ninguna indicación. La exhumación fue realizada hace un año, y desde entonces la familia exige una investigación bajo la sospecha de que puede estar vinculada con el crimen organizado para deshacerse de sus víctimas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que investiga la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, exigió al gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y al presidente del país Enrique Peña Nieto encontrar a los responsables e identificar a las personas enterradas, las causas de sus muertes, y si a diferencia de lo que afirma la FGE en realidad están siendo buscadas por otras fiscalías del país.