Nofiempüre 1881: Conmemoración del último awkan mapuche

Noviembre de 1881 representa una fecha paradójica para la nación mapuche. Por un lado expresa la voluntad de seguir existiendo en su particularidad y por ende la conciencia de un destino común, de una nación, pero al mismo tiempo marca el inicio de un proceso de subordinación y dominación ante los Estados chileno y argentino que se prolonga hasta nuestros días.

Nofiempüre 1881: Conmemoración del último awkan mapuche

Autor: CVN
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Contexto histórico

A mediados del siglo XIX, nuestro pueblo gozaba de independencia política en un amplio territorio a ambos lados de la cordillera de los Andes. El País Mapuche se estructuraba en poderosas unidades políticas. Existía un dinámico comercio ganadero tanto al interior del Wallmapu como con los pueblos de las fronteras. El mapuzugun era la lengua de toda la población, incluso de quienes no siendo mapuche se integraban en él.

 

“La ocupación militar de los Estados chileno y argentino ha sido disfrazada por ambos Estados con las formulas eufemísticas que durante décadas se difundiría en el sistema escolar”

 

La conformación de los Estados chileno y argentino a principios del siglo XIX, con los años llevaría a nuestro pueblo a quedar expuesto a los intereses geopolíticos de ambos Estados. Serán fundamentalmente estos intereses geopolíticos que llevaría al Estado chileno a la puesta en marcha de un plan de ocupación dirigido por Cornelio Saavedra. La ocupación militar de los Estados chileno y argentino ha sido disfrazada por ambos Estados con las formulas eufemísticas que durante décadas se difundiría en el sistema escolar: la «pacificación de la Araucanía» en Chile y la «conquista del desierto» en Argentina.

En 1860 fallece el toki Magiñwenu la figura mapuche más importante del siglo XIX. Magiñ había logrado constituirse en un importante tapón contra la entrada de los wigka. Con su muerte el escenario cambia. A partir de 1861 comienza el plan de ocupación. Ese año se funda Mulchen. La estrategia de avanzada del ejército es enfrentada por las fuerzas mapuche, en algunas oportunidades exitosamente. Pero globalmente el ejército chileno consigue sus objetivos, hasta fundar Temuko en 1881.

Los primeros días de noviembre de 1881 una parte de nuestro pueblo se concerta para detener el avance de los wigka en Wallmapu. Los fütake logko como Esteban Romero de Truftruf, Melifilu de Makewe, Lienan de Temuko, Marilew Kolüpi de Puren, Epulew de Victoria, Millapag y Nekul Paynemal de Chollcholl, Ñanku de Tirwa, Paynekur de Trolten, Nekulmañ de Forowe y Namunkura del pwel mapu. El intento es digno pero débil. El invasor asegurado en sus posiciones logra sofocar el levantamiento. Se aplica escarmiento. Muchos fueron asesinados, a otros se les confiscó sus bienes, sobre todo ganado, como lo había sido durante todo el avance del ejército chileno.

El control militar del Wallmapu continuará. La ocupación de las ruinas de Villarrica el 1 de enero de 1883 y la construcción del fuerte de Kunko dos meses después, marcarán el fin de la independencia mapuche en gulumapu. En el pwelmapu el fin de la vida independiente lo marca la entrega de Sayweke el 1 de enero de 1885.

 

Las consecuencias económicas y políticas

La derrota militar en ambos lados de la Cordillera de los Andes tuvo como consecuencia nuestra división por dos Estados, la expoliación territorial, la destrucción de la base económica ganadera y comercial y el debilitamiento de la estructura social. Pasamos de pueblo soberano en nuestro propio territorio a ser una minoría nacional oprimida y colonizada teniendo como efecto la pauperización de nuestra población y la erosión de nuestra cultura y lengua.

En gulumapu tras más de veinte años de guerra de ocupación, nuestro pueblo fue reducido y constreñido en escasas tierras. Quedamos reducidos a sólo  500 mil hectáreas de tierras. Es decir circunscritos al 10% del que fue el Wallmapu independiente.  Este despojo es el que ha dado pie a la pobreza estructural que tenemos como pueblo. La población mapuche se vio forzada a una economía agrícola de subsistencia lejos de la pujante actividad ganadera anterior a la invasión.

 

Interpretación del pasado para el presente y futuro

Si bien nuestros fütakeche sufrieron la derrota militar el espíritu libertario del awkan de 1881 sigue vivo y se manifiesta en las distintas luchas que desarrolla nuestro pueblo en la actualidad: la recuperación de las tierras, la lucha contra las forestales e hidroeléctricas; la revitalización del mapuzugun, la revitalización de los juegos ancestrales, la movilización en las calles, la lucha electoral; la creación artística y musical. Todo ello refleja nuestro anhelo de emancipación.

Por ello la importancia de reivindicar esta fecha, pues aquí reside y encuentran legitimidad los derechos colectivos que nos asisten en tanto nación, fundamentalmente el derecho a la autodeterminación y al autogobierno.

En este sentido el  Wallmapu debe tomar la palabra, debemos movilizarnos en favor de los derechos mapuche y contra  la minoría reaccionaria que defiende el interés de latifundistas y empresarios. El País Mapuche y las regiones deben movilizarse contra el poder central que son los que defienden y protegen los intereses económicos de las grandes empresas en las regiones.

Como pueblo no se trata solo de participación y representación, sino modificar la relación de subordinación política y económica existente entre el poder central y el Wallmapu. Como pueblo debemos trabajar por conquistar un estatuto de autogobierno para el País Mapuche.

 

“La recuperación de nuestras tierras nos permite hablar en concreto del Wallmapu, sin ellas el País Mapuche vivirá fragilizado. Y sin el mapuzugun nuestras conquistas no serán nacionales”.

 

En este sentido, el Wallmapu es y será el país de todos los mapuche y de quienes han nacido y viven en él. Sin embargo, el carácter mapuche debe quedar explícito en un Wallmapu autónomo. Asimismo el derecho a nuestros recursos naturales, en particular la tierras usurpadas hoy en manos del latifundio y empresas forestales; a la oficialidad del mapuzugun estableciendo, sobre el principio de la territorialidad lingüística, su oficialidad  y su enseñanza en un nuevo sistema educacional regional, su uso en la administración pública y en los medios de comunicación masivos.

Para aspirar a nuestra existencia nacional debemos recuperar nuestras tierras. La posesión material de ellas nos permite hablar en concreto del Wallmapu. Sin el control de nuestros recursos naturales el País Mapuche vivirá fragilizado. Y sin el mapuzugun nuestras conquistas no serán nacionales.

Para finalizar debemos decir que solo alcanzando la existencia nacional, esto es la existencia del Wallmapu o País Mapuche, nuestro pueblo puede proyectarse con su propia personalidad en el mundo de las naciones, y es el camino que ha tomado el movimiento mapuche.

Vía Mapuexpress

 


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