Libertad Manque (foto arriba, izquierda) es una joven mujer nacida en Santiago de Chile, pero con ancestros en la zona del Alto Bío Bío (Región del Bío Bío).
Libertad se presentó en su lengua y nos dijo “soy poeta y narradora, epewtufe (cuenta cuento) en la forma ancestral soy quien lleva el relato. Nos reunimos en Minga para celebrar que los pueblos están vivos. Mi trabajo se desarrolla en 4 aéreas: la poesía, en el área mapuche, en educación -soy educadora tradicional- y en el área carcelaria, trabajo en la cárcel de alta seguridad con hombre y mujeres, también con las mujeres en contra la violencia”.
Una mujer muy alegre, Libertad nos contó de su reciente viaje a El Salvador. “estoy recién llegada de del 3er Festival Internacional de Poesía de El Salvador, ellos educan a sus niños desde pequeños, aprenden sobre los juegos maya, allí todo es maya, las colaciones son mayas, las comidas, es una tierra muy rica”.
“Relmu” cuento del arco iris y la mujer mapuche
“Nosotros los pehuenches –explica- usamos cintas de colores: el Relmu que significa Arco Iris. Antiguamente nuestro traje era negro completamente, entonces dicen las abuelas que salió una ñaña de su casa y se dirigió al bosque de pehuen (araucarias) a buscar piñones, y cuando estaba ahí recogiendo y recogiendo, empezó a ver que caían gotitas, y de esto hace mucho, mucho tiempo, así empezó a llover y llover cada vez más fuerte y más fuerte entonces ella tomó sus cosas y dijo voy a volver a mi ruka (casa) sino no voy a tener como llegar. Salió entonces corriendo y cuando iba de camino empezó a ver que en el suelo habían pozas y se vio reflejada en ellas, vio una figura, se dio cuenta que era ella y se asustó porque vio algo muy oscuro….con el viento se les desarmaron sus trenzas entonces estaba toda chascona”, (ríe) Estaba toda así como muy descuidada, incluso se sintió mal y se fue al rio y ahí fue la culminación porque se vio y vio una figura que no le gustó.
Entonces hizo rogativa y le pidió a Ngenechen que tuviera misericordia que como era posible que a ella le podía pasar eso, ella pensaba que era hermosa y de pronto se veía así…en esos tiempos no había espejos, ella no estaba en la ciudad, ella estaba en el campo, y entonces como ella podía ser así. Entonces comenzó a orar : Ngenechen, Ngenechen Ngenechen y dicen que ella estaba agachada mirando el rio cuando de pronto comenzó a aclarar, de pronto el cielo empezó a aclarar y detrás de su cabeza apareció un arco iris y ella lo vio en el agua, era el reflejo del arco iris y desde ese día ella empezó a teñir las lanas y comenzó a hacer su arco iris que ahora la lleva encima de su cabeza , esa es la historia de la cintas llamada relmu”
La espiritualidad en la ciudad
“Yo vivo en la ciudad, en la urbe más turística que es Viña del Mar. Te puedo decir en lo espiritual, aún cuando estamos en la ciudad lo único que nos queda es estar en nosotros mismos y ahí desde ahí hacer una conexión con la tierra , en las mañanas salir al amanecer , saludar el día el aire , yo vivo frente al mar , entonces miro el mar , me acerco trato yo hacer lo mío y hacerme de él , de dejar todas las posiciones , todo lo material, el despojo, dejarlo todo, aunque sea un momento, para estar conmigo, pero antes de conmigo, con la tierra, conmigo y también de estar con todos porque todos somos uno, no hay pedazos, no hay momentos para una persona, para otra persona, somos todos. Por eso digo cuando hay hermanos que se han equivocado y están en la cárcel, ellos están sufriendo, también nosotros estamos sufriendo. Como somos un todo tenemos que ser todos en la Rogativa y alli tenemos que hacer por todos. Ayer en la ceremonia se sintió la fuerza, la cohesión el cuerpo esto es lo que hace falta es la unión que hace la ceremonia, la minga, esta Minga ha sido importante para nosotros los pueblos. Nos falta el cuerpo la unión eso nos hace falta y sobre todo en la ciudad es súper difícil, por todos los destellos y cosas que nos tratan de meter, y ante eso nosotros tenemos que ser fuertes y dejarlo afuera….tenemos que hacer un pequeño círculo en tormo a nosotros para conectarnos con la madre tierra que es la que nos alimenta.”….Con estas palabras nos despedimos con los tradicionales saludos en mapudungun chaltumay (gracias) y peukallal (hasta luego).
Que maravillosa que son nuestras ceremonias, que aunque no nos conozcamos, para el hombre de la tierra , para los caminantes de la tierra, no existen divisiones políticas, nos aúna la circularidad y de esta manera nos abrazamos en esta maravillosa Minga, donde lo que importa es la espiritualidad y el amor y respeto a la Ñuke Mapu, la Madre Tierra.
Por Noemi Amalia Vargas
El Orejiverde