Las mejores frases de “Forrest Gump” para ser feliz

La narración de Forrest Gump que inicia en una parada de autobús, atrapa al espectador por los sucesos y aventuras de un hombre que siempre fue protagonista, sin importar en dónde se encontrara. Pero la historia del hombre que nunca se detuvo, que creó el paso de baile que más tarde Elvis Presley hizo famoso, que se unió a las filas del Ejército estadounidense donde conoció a Bubba y con quien partió a la guerra de Vietnam, que fue un soldado conmemorado, campeón de ping-pong, que estuvo rodeado de importantes personajes, que fue clave en los sucesos de la época –incluso sin saberlo–, no fue tan sencilla de realizar.

Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks, Forrest Gump fue el sueño de la productora Wendy Finerman; un sueño que inició con la novela homónima de Winston Groom y que le tomó nueve años llevar a cabo. Las miradas incrédulas hacia la entonces joven productora la persiguieron durante los años en los que se mantuvo aferrada a la historia que tanto defendió y en la que nadie creía, pues ya existía una cinta que tenía como protagonista a un hombre con un trastorno: Rain Man (1988) [1]. Tras varios esfuerzos logró llevarla a la pantalla grande, sorprendiendo y superando todas las expectativas en Hollywood.

Forrest conoció el mundo y lo exploró de una manera única. Se trata de un filme, cuyo protagonista nos muestra que no hay límites y que el corazón de un hombre inocente y noble alcanza los lugares que muchos creían imposibles. Un hombre de pies fuertes que fueron su mejor guía y un hombre de sueños e ideales que nunca se detuvo.

A 21 años de su estreno, recordamos la cinta con algunas frases inolvidables que sin duda contribuyeron a su éxito. Frases que nos recuerdan que no importa lo que pase, hay que seguir corriendo.

“La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”.

“Puede que yo no sea muy listo, pero sí sé lo que es el amor”.

“No sé si todos tenemos un destino, o si estamos flotando casualmente como en una nube; pero yo creo que pueden ser ambas, puede que ambas estén ocurriendo al mismo tiempo”

“Es curioso lo que un joven recuerda. Porque yo no recuerdo haber nacido, no recuerdo lo que me regalaron para mi primera Navidad y no recuerdo a dónde fui para mi primer pic-nic. Pero sí recuerdo la primera vez que escuché la voz más dulce de todo el mundo”.

“Supongo que a veces no hay suficientes piedras”.

“Mamá decía que puedes saber mucho de las personas por los zapatos que usa”.

“Aquel día, sin ninguna razón en particular, decidí salir a correr. Corrí hasta el final del camino, y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el final del pueblo. Y cuando llegué, pensé que tal vez podía correr hasta el condado de Greenbow. Noté que si había llegado tan lejos, tal vez podía correr a través del gran estado de Alabama. Corrí derecho hasta el océano. Y cuando llegué, noté que ya había llegado lejos, y que tal vez debía dar la vuelta y continuar corriendo. Y cuando llegué al otro océano, noté que debía dar la vuelta y continuar corriendo. Cuando tenía sueño, dormía. Cuando tenia hambre, comía. Cuando debía… tú sabes, iba”. 

“Haz lo mejor que puedas con lo que Dios te ha dado”.

“Se atraen más moscas con miel que con hiel”.

“Nunca llegó a decírmelo, pero creo que el teniente Dan ya había hecho las paces con Dios”.

–¡Forrest! ¿Ya encontraste a Jesús?
–¿No sabía que tenía que buscarlo?

“Alguien dijo que la paz del mundo estaba en mis manos, pero yo sólo jugué al ping-pong”.

“La verdad, aunque yo siempre iba corriendo, nunca pensé que eso me llevara a ningún lado”.

“Éramos como pan y mantequilla”.

“Ese día, estábamos caminando como siempre, y luego, así como si nada, alguien paró la lluvia, y el sol salió”.

“Por supuesto que todos somos diferentes Forrest, si Dios hubiese querido que fuéramos iguales, nos habría puesto a todos aparatos en las piernas”.

“Run Forrest, Run!”