Por primera vez un grupo de astrónomos liderado por Steph Sallum, pudo captar la formación de un sistema planetario. El artículo que describe este acontecimiento fue publicado en Nature, y sugiere que los objetos observados son planetas en formación, recién constituyéndose de gas extremadamente caliente y polvo cósmico.
Usando imágenes del sistema, tomadas entre 2009 y 2015, los astrónomos identificaron dos protoplanetas -pequeños objetos que están en camino de formarse como planetas- junto a un potencial tercero, moviéndose alrededor de la estrella LkCa 15, en una órbita elíptica, como se espera de estos sistemas.
Detectar planetas en formación es una tarea compleja. Los sistemas estelares recién nacidos están normalmente camuflados tras una capa de polvo cósmico que nubla la visión, haciendo que los métodos normales de detección sean inadecuados. El equipo, entonces, tuvo que desarrollar un modo diferente de estudiarlos.
Las estrellas jóvenes producen grandes discos de material, del que los planetas se constituyen. Mientras los planetas se mueven a través de este disco protoplanetario, crean espacios en el torbellino de escombros. Los astrónomos pueden detectar estos espacios usando luz infrarroja. Varios candidatos a protoplanetas fueron descubiertos así.
En su proceso de formación, los planetas van aumentando en tamaño gracias a unos discos de material más pequeños, que se forman a su alrededor, similares a los de las estrellas. Cuando la materia de estos discos circundantes cae en el planeta, éste se vuelve caliente, lo que hace que el planeta aparezca más enrojecido de lo que es en verdad; visible a nosotros bajo infrarrojo.
El campo magnético del planeta también puede afectar al disco de gas y polvo cósmico que lo rodea. Un fuerte campo magnético fuerza al material del disco a seguir órbitas específicas. La energía generada dentro del disco calienta la magnetósfera del planeta a una temperatura mayor que la de la superficie del sol, y el material recalentado produce una especie de emisión llamada Hidrógeno alfa.
El equipo combinó observaciones en infrarrojo del [telescopio] Large Binocular Telescope, con análisis de Hidrógeno alfa del Magellan Telescope.
Este descubrimiento y el éxito de la técnica usada, nos ofrecen nuevas oportunidades de estudiar cómo se forman los sistemas planetarios y cómo interactúan los planetas jóvenes con el disco de materia que rodea a las estrellas.
Trad: CCV
(Imagen principal referencial)
Fuente: IFLScience