Siete libros que tienes que leer si te gusta el terror

Cuentos infantiles de brujas sin pelo que ponen los pelos de punta, vísceras y riadas de sangre, plantas carnívoras merendando americanos, cegueras contagiosas y niñas crueles recluidas en castillos

Siete libros que tienes que leer si te gusta el terror

Autor: Andrea Peña

Cuentos infantiles de brujas sin pelo que ponen los pelos de punta, vísceras y riadas de sangre, plantas carnívoras merendando americanos, cegueras contagiosas y niñas crueles recluidas en castillos. Siete ejemplos de terror en papel.

A la hora de recomendar terrores en papel hay nombres que siempre tienen plaza reservada en las listas, escritores como Edgar Allan Poe, Stephen King o H.P. Lovecraft han hecho suficientes méritos como para ocupar durante mucho tiempo los podios más altos de las mismas. Pero ni ellos son los únicos creadores destacables ni el género del terror es el único que produce escalofríos. Estos son siete libros que también saben hacer temblar.

Las brujas – Roald Dahl

Roald Dahl fue un piloto de la Royal Air Force que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, pero también alguien que entre aterrizajes y despegues se dedicaba a rellenar libretas con cuentos fantásticos que le convertirían en uno de los escritores para niños, adultos y niños-adultos más famosos del mundo. Suyas son obras como Charlie y la fábrica de chocolate y su secuela (Charlie y el ascensor de cristal), El superzorro (adaptado al cine por Wes Anderson), James y el melocotón gigante o Matilda. Las brujas era otro de sus cuentos para niños, uno de los que prometían ya desde la primera página: arranca con un huérfano reciente y fresco, continúa con una abuela que narra historias de arpías de camuflaje entre la población y acaba con un ejército de brujas calvas tratando de asesinar a todos los infantes. Y es que en el fondo la mejor literatura infantil siempre ha tenido un punto de terror jodido. La historia saltaría al cine en una versión, La maldición de las brujas, que al igual que el libro también haría mojar pantalones a los más pequeños, y eso era fabuloso.

Las brujas – Roald Dahl

Libros de sangre – Clive Barker

A mediados de los ochenta un escritor llamado Clive Barker apareció de la nada con relatos en forma de cubetas de vísceras. Y aquellos cuentos cobijados en varios volúmenes acuchillaban pieles con historias de fantasmas, charcuterías en el interior de un tren, gente con el poder mental de modificar el cuerpo de los demás o gigantes monstruosos construidos con cuerpos humanos unidos entre sí. Barker era tan juguetón con la carne que se convirtió en seguida en uno de los mejores exponentes del gore literario. Varios cuentos de esos libros de sangre acabarían aterrizando en el cine (El señor de las ilusiones, Candyman, Quicksilver Highway).

Libros de sangre – Clive Barker

Siempre hemos vivido en el castillo – Shirley Jackson

Sí, Stephen King roció con gasolina las pesadillas de todo el planeta. Pero como cualquier otro creador él también ha nacido bajo la sombra de libros ajenos y el propio King siempre se ha encargado de recordar que una de sus mayores influencias ha sido Shirley Jackson. Siempre hemos vivido en el castillo es la historia de una niña llamada Merricat y su extraña familia enclaustrada, un oscuro cuento gótico que toma prestada las experiencias personales de batallas contra la agorafobia, y construye un relato que no necesita de lo fantástico para resultar escalofriante porque tiene algo mucho mejor: una infante maquiavélica.

Siempre hemos vivido en el castillo – Shirley Jackson

Las ruinas – Scott Smith

El viaje por México de un grupo de jóvenes americanos que, como siempre ocurre cuando los americanos salen de su país, acaba espantosamente mal.Una historia terrorífica, con secuencias demasiado descriptivas y un enemigo más silvestre que de costumbre, porque M. Night Shyalaman ya lo intentó con las plantas en su momento pero Scott Smith lo hizo logrando acojonar de verdad.

Las ruinas – Scott Smith

El golem – Gustav Meyrink

La gente le presta demasiada atención a las brujas, vampiros y hombres lobo y por lo general olvidan que hay criaturas fantásticas que también merecen un poco de protagonismo. El golem es una pequeña maravilla escrita en 1915 sobre una mole de arcilla a la que se le ha insuflado vida y ha sido reverenciada por filósofos, estudiosos, religiosos, amigos de la alquimia e incluso lectores sin más intenciones que devorar una nueva leyenda con monstruo.

El golem – Gustav Meyrink

Ensayo sobre la ceguera – José Saramago

Una ceguera blanca extremadamente contagiosa se extiende a lo largo del planeta de manera implacable. Una obra del Nobel de literatura José Saramago que imagina el apocalipsis más inusual de la ficción, uno en el que la gran catástrofe ha sido la privación de uno de los sentidos más apreciados. Sin ser una pieza de género, y por supuesto sin subscribirse a las filas del terror oficialmente, la historia de la única persona en el mundo que no ha perdido la visión se convertía en un relato espeluznante sobre la condición humana en situaciones extremas.

Ensayo sobre la ceguera – José Saramago

La chica de al lado –  Jack Ketchum

La brutal historia de las vejaciones que un grupo de personas llevan a cabo sobre un par de hermanas por parte de una tía zumbada que ha tenido que acoger a ambas tras la muerte de sus padres. Una zambullida espantosa en la locura tan repleta de escenas despiadadas como para obligar a más de uno a dejar el libro por el camino. Lo peor de todo llega cuando el lector descubre que Ketchum ha construido la historia a partir de información de las páginas de sucesos, porque la historia está basada en hechos reales.

La chica de al lado -  Jack Ketchum

 

 

Fuente: Gonzoo

 


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