Rusia decidió reforzar su estrategia de defensa tras el ataque al avión de combate Su-24 por parte de Turquía con el incremento de la presencia militar en Siria para proteger a las tropas que ejecutan operaciones antiterroristas con el Estado Islámico.
El Ministerio de Defensa ya está desarrollando el conjunto de medidas a implementar, que incluye dotar la base militar rusa en Jmeinin en Siria con el sistema antiaéreo S-400, dijo el titular de esa cartera, Serguéi Shoigú.
Shoigú añadió que este sistema es de largo alcance, uno de los más avanzados en defensa antiaérea y antimisilística de Moscú. Es capaz de alcanzar blancos en movimiento a velocidades de hasta 4 mil 500 metros por segundo.
Por otro lado, ha enviado un crucero a las costas de la provincia de Latakia con el propósito de derribar cualquier objetivo aéreo potencialmente peligroso para los aviones rusos que participan en la ofensiva antiterrorista en el país árabe.
El navío pesado Moskvá está equipado con sistemas de defensa aérea Fort, similares a los S-300.
«Advertimos que cualquier blanco que represente un peligro potencial para nosotros será destruido», declaró el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rudskói. Posiciones aéreas Luego del derribo del bombardero ruso Su-24, el martes, todas las acciones de la aviación rusa en Siria serán efectuadas bajo la protección de cazas militares. El Ejecutivo mandó a cortar los contactos militares con Turquía después de su accionar sobre la región siria de Latakia, precisó Rudskói. Mientras que las relaciones con Turquía se mantienen tensas, debido a que Moscú tiene información de que funcionarios turcos que estarían interesados en comprar crudo al autodenominado Estado Islámico (EI). Medvédev asegura que el ataque de la Fuerza Aérea turca contra el bombardero ruso SU-24 cerca de la frontera con Siria ha traído graves consecuencias a las relaciones entre ambas naciones.
Fuente: telesurtv.net