Nada que valga la pena se consigue sin esfuerzo, debe ser uno de los pensamientos que Alan McFadyen se repetía a sí mismo para continuar en el intento de la fotografía perfecta. Según sus cálculos, le tomó 4200 horas y 720.000 fotos para capturar al Martín Pescador zambulléndose en el agua en línea recta sin ninguna salpicadura.
McFadyen quería dejar plasmada la perfección de esta ave cuando se mete a cazar en el agua. Le comentó al Herald Scotland: «A menudo voy y tomo 600 fotografías en una sesión sin obtener ninguna que sea buena. Pero ahora miro atrás las miles y miles de fotografías que tomé para obtener esta imagen… Me hace caer caer en la cuenta de todo lo que tuve que trabajar hasta conseguirla».
El fotógrafo heredó su amor por la naturaleza y la vida salvaje de su abuelo: «Recuerdo que mi abuelo me llevaba a ver a los Martín Pescador y yo sólo me quedaba completamente impresionado por la magnificencia de esa ave». Luego, cuando se convirtió en fotógrafo profesional, volvió a ese mismo lugar a retratar con su cámara al Martín Pescador.