Hay quienes dicen que las personas se conocen por casualidad, y hay otras que creen que existe un hilo invisible que orienta estos encuentros.
La leyenda del hilo rojo surge tras el descubrimiento médico de que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique; y al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones.
Tanta era la creencia en la leyenda del hilo rojo que existieron muchos testimonios en la época del Periodo Edo (1603 a 1867), donde muchas mujeres, con el fin de demostrar el amor y la devoción a sus esposos, se amputaban el dedo meñique para hacerles ver que no estaban unidas a nadie más que a ellos.
En la época de los Samurais la amputación de este dedo suponía no poder manejar la espada, por lo tanto queda claro que esa parte del cuerpo tiene diferentes significados para los japoneses, ya sea en el sentido romántico o trágico.