Un sexólogo explica las cosas terribles que pueden pasarte si eres adicto al sexo

La clínica para la adicción al sexo de Tim Lee se encuentra en un edificio beige poco llamativo junto a Penn Station, en Nueva York

Un sexólogo explica las cosas terribles que pueden pasarte si eres adicto al sexo

Autor: Andrea Peña

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La clínica para la adicción al sexo de Tim Lee se encuentra en un edificio beige poco llamativo junto a Penn Station, en Nueva York. Si has estado en la Gran Manzana, seguramente habrás pasado por delante sin darte cuenta. He utilizado los baños del restaurante y del lobby del hotel en el primer piso del edificio sin saber que solo subiendo un tramo de escaleras había personas confesando lo que hay en lo más profundo de sus corazones y sus más oscuros secretos. La clínica de Lee se llama New York Pathways, un centro ambulatorio intensivo al que la gente acude para recibir tratamiento para la masturbación compulsiva, la adicción al sexo, la monogamia en serie y el uso continuado de servicios de acompañantes sexuale, entre otras cosas.

Aunque admitir una adicción ha adquirido mayor aceptación social en los últimos años, los adictos al sexo siguen siendo estigmatizados e incluso ridiculizados. A algunas personas les gustan series como Californication y son fanáticos de Shame, cuyos protagonistas son adictos al sexo, pero la idea de que alguien sufra una adicción al sexo es un escándalo para muchas personas. Son muchas las personas que, cuando oye hablar de gente famosa y adinerada que sufre este trastorno, como Tiger Woods, reaccionan de una forma que podría resumirse por con titular incrédulo en un sitio web de noticias australiano: «¿Ser adicto al sexo es realmente una excusa para ser infiel?». El sexólogo y escritor Marty Klein, quien quizá sea el mayor opositor al término, escribió una reseña en 2012 señalando que, cuando nos referimos a «adicción al sexo», en realidad hablamos de «un arma especial de la que se sirve la religión para combatir lo que se percibe como liberalismo, para ignorar la ciencia y fomentar el miedo».

Yo no sabía mucho sobre la adicción al sexo o cómo se trata ese tipo de enfermedad, así que me acerqué al centro Pathways para hablar con Lee, quien tiene una máster en trabajo social y un gran sentido del humor respecto a su negocio. Además de compartir conmigo su propia experiencia en el tema, insistió en que la adicción al sexo no solo era real, sino que se está volviendo más frecuente.

««Llevo diez años como terapeuta», me dijo. «Las aplicaciones e internet realmente han hundido a la gente hasta profundidades a las que ellos mismos nunca pensaron que llegarían».

Estamos aquí para hablar sobre la adicción al sexo, pero ni siquiera estoy seguro de que sea algo real. ¿Puedes aclararme esto antes de que empecemos?
Tim Lee:
Ante todo, debo decir que el término «adicción al sexo» es horrible. A mí me gusta porque es bueno para mi negocio. Yo pongo «adicto al sexo» en mi página de internet y la gente lo buscaría en Google porque son las palabras claves que se usan. En términos médicos, no, no existe. La adicción al sexo es un término usado para definir un tipo de tratamiento específico. El término «adicto» es un estereotipo.

Vale, entonces, si los que vienen no son técnicamente adictos, ¿qué tipo de personas vienen?
Aquí tratamos aproximadamente a cien personas a la semana. Tal vez entre los que vienen haya dos o tres hombres a los que han arrestado por ponerse espejos en los zapatos para ver por debajo de la falda de las mujeres, ya que está registrado como un delito sexual.

También hay personas con traumas sexuales, por lo general, que después recrean ese comportamiento de alguna manera. Por ejemplo, hay un hombre con el que trabajé que hacía fotos de personas con las que practicaba sexo oral y las subía a internet. Le pregunté si había habido sufrido algún abuso en su vida. Me dijo que no. Le pregunté sobre la primera vez que se masturbó. Lo pensó por un segundo y siguió: «Ah, ya me acuerdo. Mi padre me dio una foto de mi madre haciéndole una felación y me dijo que me masturbara con ella». Y durante el resto de su vida no fue capaz de asociar ambos hechos.

¿Qué pasa con las personas que salen y tienen sexo con cinco personas diferentes a la semana? Si eso no le molesta a la persona y no hacen daño a nadie más, ¿se considera un comportamiento problemático que requiere terapia?
No necesariamente. Pero si esa persona dice, «Me tomé unas cuantas copas y no usé condón. No lo volveré a hacer», luego salen otra vez, se toman unas copas y no llevan condones y dicen, «A la mierda» y acaban contagiándose con alguna enfermedad de transmisión sexual. Luego vienen las consecuencias emocionales de la vergüenza, en contraste con la persona que anda por ahí y liga y no se siente mal al hacerlo.

O sea, que, ¿está bien hasta que te contagias de una enfermedad de transmisión sexual?
O hasta que dices, «Mierda, quiero sentar cabeza y no voy a poder mientras siga haciendo esto». Siempre hay una persona que conoce a una gran persona, pero que luego quiere conocer a otra gran persona. Piensan que tienen a dos cuando en realidad no tienen ninguna. Ese es un escenario típico. Nunca pueden tener una relación y no tratan de controlar la ansiedad y los problemas de intimidad. No quieren quedarse con una persona porque esto trae a la superficie demasiados problemas. Así que se complica.

¿Puedes dar un ejemplo de alguien que sea joven, soltero y que pueda requerir tratamiento en un lugar como Pathway?
Bueno, te puedo decir que ayer tuve un cliente, repasamos su historial sexual y este tipo lo está haciendo bien. Finalmente ha encontrado una novia con la que tiene un compromiso a largo plazo y siente mucha ansiedad al respecto. Estamos trabajando en eso. Él tiene veintitantos y cuando estaba en la universidad se acostaba con una mujer.

Tenían un trato según el cual ella iba a su casa, preparaban una cena copiosa, sea costaban y luego ella se iba. Tenían una regla: la primera vez que alguno dijera «Te quiero», se se terminaría. Esto continuó durante un año. Él dice que lo hacían dos o tres veces al día. Ella lo llamó y le dijo que lo quería. Terminaron y él comenzó a sufrir ataques de pánico, así que volvieron. Él probablemente estaba padeciendo abstinencia de dopamina, así que se sumió en una gran depresión, acompañada de ansiedad y pensamientos suicidas. Tuvieron una relación tumultuosa. Pero todo estaba basado en sexo.

¿Pero cuál fue la consecuencia de aquello?
La ansiedad y la depresión que sufrió cuando terminó.

Pero con cualquier ruptura de una relación habrá ansiedad y depresión.
En su caso fue por la naturaleza adictiva de la relación. Él no la respetaba realmente, ni la amaba. Además, con su novia anterior, no tuvieron sexo y él se pasaba el tiempo fumando maría y masturbándose mientras veía porno. Ella solo podía hacerlo en una postura y había sufrido abusos sexuales. No tenían vida sexual y, cuando la tenían, no era espontánea. Esa relación terminó y él se metió en otra, que era destructiva.

Cuando alguien viene para ser tratado por conducta sexual compulsiva, ¿cuál es la meta? ¿No masturbarse nunca? ¿Es como AA o Narcóticos Anónimos, donde te prohiben hacer lo que te libera, en este caso de forma bastante liberal?
En AA, la abstinencia se define fácilmente: no bebes. Lo mismo pasa con Narcóticos Anónimos: no consumes. Con la terapia del sexo, hay cinco programas diferentes basados en cómo defines la sobriedad. En Adictos al Sexo, que es el más rígido, definen sobriedad al hecho de no masturbarse y no practicar sexo fuera del matrimonio. Es bastante intenso. Es útil para personas judías ortodoxas, por ejemplo, o para católicos devotos.

SRA (Sexual Recovery Anonymous) se separó de AS. Su conclusión es no masturbación y no sexo fuera de una relación seria. Después, en esa misma línea, hay programas como SAA (Sex Addicts Anonymous) y SLAA (Sex and Love Addicts Anonymous), donde defines tu comportamiento y cuál es la conducta de la que te quieres abstener con la ayuda de un padrino. Pero, para responder a tu pregunta, muchos de ellos tienen lo que llaman una conducta de fondo, que puede ser masturbación, consumo de pornografía, sexo de una noche, sexo por dinero, salones de masaje o el uso de aplicaciones.

Yo pensaba que, si sueles practicar sexo sin protección todo el tiempo y buscas refugio en estos programas, en ellos te motivarían para que te masturbaras.
Tambén hay dos perfiles: aquellos que en una relación no pueden dejar de ser infieles y el tipo de persona que es adicta a internet y a la masturbación pero no ha tenido relaciones sentimentales. En este último caso, el objetivo es conseguir una relación estable. Pocas de estas personas prefieren masturbarse con porno. Ellos quieren comprometerse, pero están enganchados a internet.

Piensa en los diferentes programas como si fueran partidos políticos. Por ejemplo, SCA es predominantemente para hombres gais y tienen un plan de sexo. Puede ser, ir a saunas y tener sexo, pero tiene que ser con protección y solo una vez a la semana. Es un modelo del tipo de reducción de riesgos.

¿Es posible practicar demasiado sexo? Si tomaras una botella de vodka todos los días, por ejemplo, todo el mundo pensaría que tienes un problema serio. Pero practicando demasiado sexo, nadie pensaría que tienes un problema, ¿no?
Si yo practicara sexo todos los días tal vez me sentiría mareado, confundido y algo debilitado. Pero tal vez, ¿una o dos veces a la semana? Un equilibrio, ¿no? Cuando estoy estresado y quiero sexo con mi esposa solo para relajarme, después me siento fatal. Me siento egoísta. Cada persona es diferente. Yo mismo estoy en rehabilitación y solía ir a SLAA. Tú defines con tu padrino cuál es tu conducta de fondo.

¿Puedes contarnos más sobre tu experiencia personal con este problema?
Me acostaba con amigas y no quería relaciones serias con ellas porque estaban casadas o simplemente no eran personas con las que quisiera que mis amigos me vieran salir. Así que me gustó SRA, porque lo de no practicar sexo fuera de una relación cortaba mucha de la conducta rara para mí. Y además promovían el periodo de asistencia de 90 días sin sexo ni masturbación, ni nada. Yo lo hice durante un año. Fui capaz de asimilar muchos problemas pasados relacionados con mis padres y traumas por pérdida. Este es mi tercer intento profesional. Desperdicié los otros dos por culpa de mi conducta.

¿Cómo puede la adicción al sexo arruinar tu vida profesional? ¿Te ibas de la oficina para acostarte con prostitutas?
Me trasladé de Georgia aquí. Fui a Hunter College y curré mucho en el departamento de teatro y me empezó a ir bien. Me convertí en diseñador de iluminación. Cuanto más éxito tenía, más ansiedad sufría. Llegó hasta un nivel en el que no era capaz de acudir a los sitios. En esa época estaba viendo a alguien que estaba igual de loca que yo. Nos acostábamos dos o tres veces al día. Eran encuentros esporádicos. No me podía concentrar. Dejé de ir a trabajar. Hubo un punto de inflexión en el que eché a perder una gran oportunidad laboral. Ella pensaba que yo tendría que haber sido abogado, y yo dejé pasar la oportunidad de trabajar con un diseñador ganador de un Tony Award cuando tenía 22 años. Aquella fue una buena oportunidad.

¿Porque estabas muy ocupado practicando sexo? Todavía no entiendo.
Estaba influido por ella. «No, el teatro no te conviene. Con quien yo quiero estar es con un abogado». Me decía cosas de ese tipo, pero en mi mente enferma, el sexo era mejor que hacerle frente y decirle, «Estás loca». Si pudiera empezar de nuevo, me habría acostado con ella unas cuantas veces y habría pensado, «Mierda, esto me está consumiendo». Pero antepuse mi relación a lo demás y eso me hundió. Después trabajé como artista gráfico y volvió a ocurrir lo mismo con otra persona.

Entonces, ¿cuál es tu objetivo final con la gente que viene aquí? ¿Es conseguirles un matrimonio?
Mucha gente con la que trabajo está muy estresada por vivir una doble vida. Desperdician mucho dinero y tiempo. Hay muchas consecuencias emocionales por el tiempo que no pasan con sus hijos. Mucho arrepentimiento. Tienen una vida nueva. No todos, pero muchos clientes se dan cuenta, abren los ojos. De hecho, tuve un cliente el otro día que me dijo que era su segundo aniversario desde que lo descubrieron. Me dijo que él y su esposa no lo celebraron pero que sí reflexionaron sobre lo buena que era su vida ahora que no practicaban sexo y que su relación era más íntima. Tenía miedo de acostarse con su esposa y ahora tienen un hijo. También tiene un trabajo mejor.

Ésa es la otra cosa, muchos tipos viven vidas mediocres porque están atrapados en su adicción. Solo varía de persona a persona a persona. Yo diría eso, más que nada, se trata de salvar la salud mental de las personas.

 

 

 

Fuente: Vice


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