Homofóbico, héroe, símbolo sexual, líder, amante de los perros, represor y cinta negra en judo. Son muchas las características atribuidas al actual presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien encarna la oposición y el equilibrio en el mundo que quiere ser devorado por Occidente, pero también una figura de represión al interior de las fronteras rusas. Quien podría aparecer en cualquier producción de James Bond como personaje antagónico por su aspecto astuto y calculador, escaló posiciones en el sistema ruso posterior a la desintegración de la URRS, y convertirse en el segundo presidente de la Federación en el año 2000.A partir de entonces, bajo su administración y liderazgo, el gran país asiático ha recuperado su posición como potencia y protagonista en el mundo.
Con opiniones divididas en torno a Putin, desde quienes lo critican como responsable de la represión política y sexual en Rusia, hasta quien lo halaga por sus capacidades políticas, el actual presidente ruso es una de las personalidades más interesantes de la posmodernidad. Internet, sin importar la sede de los servidores, tiene una fascinación por los hobbies, talentos y pasiones del ruso, y aquí te compartimos algunos datos que te permitirán desvelar el mito y la verdad detrás de Vladimir Putin.
Nació en una familia pobre que vivía en Leningrado, hoy San Petersburgo, al interior de un departamento comunal que compartía con sus padres, hermanos y otras tres familias. Según su biografía autorizada, Putin se divertía cazando ratas en las escaleras del edificio.
Putin es un asiduo practicante del judo, e incluso posee la cinta negra en la disciplina, misma que obtuvo a los 18 años de edad. Este deporte constituye parte esencial de la filosofía de vida de Putin, y al recordar por qué comenzó a practicar judo, menciona que lo decidió para poder defenderse de quienes lo “bulleaban”.
Tiene dos hijas, que se cree nacieron a mediados de la década de los 80 en la ciudad de Dresde, Alemania del Este. Sin embargo, poco se sabe sobre las hijas puesto que es uno de los secretos de estado mejor guardados. Sus nombres: Mariya Putina y Tekaterina Putina.
Se sabe que es un ferviente protector y amante de los perros, amor que no duda en demostrar en cada acto público. Incluso existe la anécdota de que en una reunión con Angela Merkel en 2007, llevó a su labrador negro junto a la canciller para intimidarla, sabiendo que Merkel le teme a los perros desde que uno la mordió en su juventud.
En 2011, se divulgó un video en el cual Putin, durante una operación submarina en el Mar Negro, descubría un par de jarrones de origen griego. Dos meses después, la oficina de Putin admitió que se trató de una escena grabada para promocionar la imagen del presidente.
Putin realizó un pequeño cover a la canción Blueberry Hill en 2010, ante una audiencia de personalidades de la televisión y el cine con fines caritativos. Entre la audiencia había celebridades como Kevin Costner, Gerard Depardieu y Sharon Stone.
Para otro de sus actos de publicidad, en 2010 fue el copiloto de un avión de los bomberos que tenía el encargo de controlar un incendio en el bosque que llenaba a la capital rusa de una gran nube de humo.
Según lo que se ha rastreado de su árbol genealógico, su abuelo, Spiridon Ivanovich Putin, fue cocinero de Lenin en su casa de campo en Gorki.
Durante la Guerra Fría, trabajó para la KGB, el servicio de inteligencia soviético, espiando en Alemania del este de 1975 a 1991. Su trabajo consistía en reclutar extranjeros en Dresden para que sirvieran como espías en el extranjero, principalmente en Estados Unidos. Se retiró de la agencia en 1991 con el rango de teniente coronel.
Se sabe que su grupo favorito son The Beatles, Paul McCartney es su integrante favorito y Yesterday su canción favorita.
Desde el 2011, es protagonista de un comic online llamado “Superputin”, creado por el escritor Sergei Kalenik. El presidente ruso salva a la madre patria a través de la lucha de judo contra el terrorismo.
Para el presidente ruso, la desintegración de la Unión Soviética fue la peor catástrofe geopolítica del siglo XX. Sin embargo, su pensamiento político no busca regresar al socialismo, pues lo ha catalogado como un “aliado ciego, muy lejano del cauce central de la civilización”.