Presentación de proyecto curatorial para el Centro Cultural Gabriela Mistral

Con un nutrido público de más de 60 personas se presentó anteayer el proyecto curatorial para el Centro Cultural Gabriela Mistral, en el auditorio del Museo de la Memoria

Presentación de proyecto curatorial para el Centro Cultural Gabriela Mistral

Autor: Wari

Con un nutrido público de más de 60 personas se presentó anteayer el proyecto curatorial para el Centro Cultural Gabriela Mistral, en el auditorio del Museo de la Memoria. La actividad contó con la presencia de Paulina Varas, David Maulén  y José Llano, quienes conforman el equipo detrás del proyecto. De igual manera participaron diferentes personas que estuvieron implicados en la construcción y desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) III, como dirigentes sindicales de la construcción, diseñadoras e ingenieros, entre otros.

El proyecto curatorial “Sitio, tiempo, contexto y afecciones específicas” fue el ganador de un concurso público llamado por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y la Comisión Nemesio Antúnez para el Centro Cultural Gabriela Mistral. A través de la cultura se recuperará el sentido original del edificio, como un espacio de cultura, encuentro y memoria.

El arte es un eje articulador de la propuesta, y varios artistas nacionales como Leonardo Portus, Cristián Silva, Mario Navarro, Lotty Rosenfeld, Nury Gaviola y Roberto Larraguibel se encuentran produciendo ocho obras que estarán en el edificio de manera permanente. De igual forma, según Varas “también se rescataron por parte de la comisión Antúnez obras originales que estaban dentro del edificio en la UNCTAD, pero lamentablemente muchas desaparecieron”.

De manera paralela el proyecto propone un “espacio de reactivación de las memorias” en un muro de 25 metros de largo, en donde estarán plasmadas distintas trayectorias genealógicas que se remontan a los años 20 y que confluirían en esta emblemática obra del gobierno de la Unidad Popular. Esta iniciativa propone una construcción colectiva del espacio, por lo que se busca la colaboración al momento de elaborar e implementar la misma.

Durante la actividad de presentación del proyecto, todos los miembros del equipo curatorial llamaron a participar de las discusiones que, esperan, vayan dándole vida al Centro Cultural. Luego de la explicación de los detalles de la iniciativa se le dio la palabra a diferentes personas que cooperaron, desde diferentes roles, en la construcción del edificio de la UNCTAD.

EL LOGRO DE LA UNCTAD

El año 1971 el Presidente de la época, Salvador Allende, se puso como meta lograr construir unas instalaciones nuevas que alojaran a la conferencia de la UNCTAD que se desarrollaría en el país a comienzos de abril del año siguiente. Debían construirse un salón con capacidad para 2.500 delegados, dos salas para 350, un restaurante para 600, cafetería para 200 entre otras dependencias.

El esfuerzo para terminar las obras a tiempo fue titánico, lográndose la meta luego de 275 días trabajando los obreros a tres turnos, sin detener los trabajos. Cabe destacar que desde los arquitectos a los últimos obreros cobraron un mismo sueldo equivalente al de un obrero calificado del momento. El significado la obra trascendía la pura Conferencia, transformándose luego el lugar en el Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, albergando un sinnúmero de obras de arte, un casino abierto a todos y que buscaba ser un espacio de encuentro, y siendo un espacio que estaba a la disposición del pueblo y la cultura.

El golpe militar de 1973 cambió totalmente el significado del edificio, transformándose en sede de gobierno de la Junta Militar que derrocó a Salvador Allende. Muchas de las obras que se encontraban en el Centro Cultural desaparecieron, y se colocaron rejas que taparon los accesos.

No sería sino hasta que un incendio consumió parte de las instalaciones el 5 de marzo del 2006, que la Concertación, en el gobierno desde 1991, se planteó recuperar el sentido original del lugar, tan lejano en la memoria de aquellos que no vivieron los primeros años de la década de los 70’.

Precisamente es ese sentido y esa memoria un elemento indispensable del proyecto que actualmente se desarrolla. En palabras de Paulina, “el proyecto tiene que ver con una política cultural, sobre qué es lo importante de rescatar y que no, qué es importante nombrar y qué ha estado durante mucho tiempo sin nombrar”.

Por Felipe Ramírez Sánchez

El Ciudadano


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