1. Pensamos que podemos estar listas en 10 minutos
2. Después descubrimos que no tenemos esos 10 minutos, y ya vamos tarde
3. Por cierto, cuando nos llaman siempre decimos que ya estamos llegando, cuando en realidad aún estamos en casa
4. Somos víctimas de los ‘5 minutos más’
5. Culpamos a nuestra falta de suerte por todos los retrasos
6. Una ley de vida es: cuanto más tarde sea, más cosas suceden para interrumpir lo que ya está mal
7. Perdemos el metro o la micro sólo por un segundo
8. O nos quedamos atrapadas en el tráfico
9. ¡Somos expertas en conseguir llegar corriendo a los lugares que estaban a punto de cerrar!
10. Llegamos a las fiestas cuando todo el mundo se está yendo
11. Y no somos muy buenas llegando al aeropuerto como aconsejan las aerolíneas
12. Nos esforzamos mucho para que los demás no noten que llegamos tarde
13. Y si lo notan, empleamos frases como: “Es que no me gusta esperar, prefiero llegar a tiempo”.
14. Sin embargo, en algunas situaciones, no llegar a tiempo significa perder algo y tener que soportar las consecuencias
15. Hemos inventado un millón de disculpas por nuestras demoras
16. Y la gente piensa que tantos retrasos se deben a la falta de entusiasmo y compromiso
17. Tenemos que lidiar con la vieja broma de que los que llegan tarde no tienen reloj
18. Celebramos cuando llegamos sólo 2 minutos tarde. O cinco.
19. Siempre prometemos que nunca más llegaremos tarde
20. Pero cuanto más lo prometemos, ¡más tarde llegamos la siguiente vez!
Fuente: OK