Las mujeres y hombres activistas latinoamericanos en pro del aborto legal, la educación sexual, el acceso a métodos anticonceptivos y de los derechos sexuales y reproductivos, sufren constante hostigamiento y amenazas por parte de grupos antiabortistas, medios de comunicación y políticos.
Así lo dio a conocer Amnistía Internacional en su más reciente informe sobre el tema, donde aborda la situación que las defensoras y defensores de los derechos sexuales y reproductivos enfrentan todos los días en sus países.
Denuncian que son sometidos a brutales campañas de desprestigio y hostigamiento. Muchas de las mujeres activistas han sido fotografiadas junto con sus familias por personas desconocidas, han sido amenazadas por teléfono y han sido intervenidos sus equipos de cómputo, entre otras intimidaciones.
El informe señala que “Las personas defensoras de derechos sexuales y reproductivos son señaladas en razón de los estereotipos que hay en la sociedad como “odia hombres”, “malas madres”, “malas mujeres”, “hombres traidores”, “resentidas”, “molestos”, “odia hijos”, etc.” Así mismo, las defensoras lesbianas y transgénero sufren de una mayor estigmatización por su orientación sexual.
Amnistía internacional, registro que las amenazas provienen de grupos civiles, políticos y medios de comunicación ultra conservadores, quienes rara vez enfrentan las consecuencias frente a los tribunales de justicia, pues no se persigue el delito.
Detectó que las amenazas, muchas veces se han convertido en ataques físicos contra las mujeres defensoras y sus familias, así mismo, sus vidas privadas son exhibidas como una estrategia para hacer que abandonen su labor social. “Tengo hijos y familia: nadie se imagina el impacto si ellos oyen que te llaman ‘asesina’, en su colegio, por ejemplo”, señala Lilián Abracinskas, una mujer uruguaya defensora de los derechos sexuales y reproductivos.
Las campañas de desprestigio han sido tan agresivas que AI detecto que en Yucatán, México, donde el aborto es legal en ciertas circunstancias, mucho del personal de la organización Servicios Humanitarios de Salud Sexual y Reproductiva, que dentro de sus actividades ofrecía la interrupción del embarazo, renunció a su cargo por temor a represalias. Por lo que dicha organización tuvo que dejar de ofrecer el servicio y ahora sólo se dedica a defender los derechos sexuales y reproductivos, pero aun así, las amenazas y hostigamiento no han cesado.
Del mismo modo, esta misma violencia es ejercida en contra de organizaciones de Paraguay, Perú, Uruguay, El Salvador y otros países de América Latina.
“Atreverse a hablar del aborto y la educación sexual en Latinoamérica parece ser razón suficiente para que te tachen de ‘delincuente’, ‘asesina’, e incluso ‘terrorista’. Si los gobiernos no asumen su responsabilidad de proteger a estas valientes defensoras de los derechos humanos y respetar su trabajo, tal situación seguirá empeorando peligrosamente en el futuro inmediato”, advirtió Erika Guevara Rosas, directora del Programa de Amnistía Internacional para América.
Por: Salvador Valencia
El Ciudadano