La sociedad actual presume su creciente globalización en la que el acceso a las tecnologías de la información pareciera estar al alcance de todos, aunque las alarmantes cifras comprueban que la desinformación es irónicamente uno de los peores males de los habitantes del mundo, esto se debe a que asumimos como reales criterios del imaginario colectivo sin cuestionarlos, por ejemplo: la gente percibe que una de cada cuatro personas con las que convive es un inmigrante, cuando la realidad es que ni siquiera uno de cada diez habitantes lo es.
“Las percepciones no son la realidad: cosas en las que el mundo se equivoca” es el nombre de un estudio de Ipsos MORI Social Research Institute que aplicó encuestas a los habitantes de 33 países con preguntas tan generales como la últimas noticias del país que habitan, sobre temas comunes de su contexto como la inmigración, obesidad, religión y pobreza con base en indicadores demográficos que se encuentran al alcance de todos en Internet y en las instituciones públicas.
En la encuesta de este año, México encabeza la lista de los países con mayores índices de desinformación e ignorancia sobre la realidad política. Esta es la lista completa:
2. VENEZUELA
3. CHILE
4. PERÚ
5. NUEVA ZELANDA
6. COLOMBIA
7. BÉLGICA
8. SUDÁFRICA
9. ARGENTINA
10. ECUADOR
Las barreras de la desigualdad impactan en un público desinformado y en la toma de decisiones políticas. Desconocer nuestra realidad no sólo implica un claro desinterés, sino la incapacidad para ser empáticos con los demás y generar cambios de manera colectiva.
Asumir como únicos criterios válidos lo que dicen los líderes de opinión y la información que se publica en los medios de comunicación, lejos de fortalecer nuestro juicio respecto a los temas que más influyen en nuestra vida, nos alejan de formular una opinión propia y documentada.
La ignorancia no se mide solamente por los conceptos que adquirimos en colegios y universidades, se mide por la curiosidad para indagar sobre el mundo que nos rodea, conocernos a nosotros mismos y el lugar que habitamos.