Antonio Becerro lleva unos lentes oscuros que jamás se quita durante la entrevista; parece que algo más tenía que decir quien se autodenominara “el alfa” del consagrado espacio que pasó a ser el único Centro de Arte Experimental de Chile: La Perrera Arte.
FORMACIÓN “…hay que seguir y ser testarudo sobre todo en Chile”.
Antonio Becerro va a la Universidad de Chile, pero no egresa, su formación se hace en el camino del artista autodidacta independiente. Siempre le interesó la investigación de materiales, las texturas en el uso del soporte e incluso el contexto teórico de la obra. “Soy pintor desde siempre por oficio y virtuosismo. Fue imposible escapar a ello, lo traía en el ADN, venía incorporado a este cuerpo y gesto. Intenté varias veces dejar la pintura pero ella me ama”, comenta Becerro. Por otro lado, en la escultura, ha pasado de las pieles de animales a la fibra de vidrio, de la madera a la piedra. Su formación es tan visual como poética. Su desarrollo además alcanza las áreas de cine y fotografía, siempre revisando una lectura del entorno periférico y social de Chile, posicionándolo de esta manera, actualmente dentro de un discurso del arte de exportación a nivel de curatorías internacionales.
LA PERRERA “una ruina encantadora que persiste porque nunca deja de ser”.
La Perrera nace como un laboratorio de artes visuales el 8 de julio de 1995 en un edificio que fue concebido para la salud pública. Era un horno eléctrico crematorio de las basuras de Santiago y se llamó Perrera Arte para rendir respetos a los perros que allí fueron sacrificados cuando pasó a ser una perrera municipal. “La Perrera Arte no solo es un edifico sino un concepto que se hace cargo del ejercicio visual de la cuidad. Existe porque hay mucha gente y artistas que se sirven de este espacio como lector de arte contemporáneo sin exclusión de público”, apunta Becerro.
Por aquí pasó casi toda la escena noventera y algunos maestros, como Pancha Núñez, Guillermo Núñez, Norton Masa, Claudio Correa, Mario Ibarra (paté), Víctor Castillo y el propio Antonio Becerro entre muchos otros.
“Es un edificio que se metamorfosea y que en su contenido y lenguaje poético nunca encuentra un lugar común. En espacios como este se vive mucha pasión, intensidad y desencanto”. Aquí conviven convocatorias de artes visuales, performance, acciones de arte, encuentros de música, festivales de teatro y danza.
Pero como todo proyecto independiente de características experimentales tiene aciertos y desaciertos. “Fuimos los últimos de la fila pero siempre íbamos delante de cualquier otra propuesta”. Antonio cuenta que siempre estuvieron bien solos; nunca les ofrecieron una ayuda de parte de las administraciones de la Concertación. El simple hecho que se llamaran Perrera Arte era descalificador. En otras palabras “corríamos solos”.
“Este lugar existe porque hay gente que ve el arte más allá de un objeto egoísta, más allá de una práctica decorativa, cortesana, concienzuda o carnavalesca. Yo asimilo el arte como una experiencia personal, para vivirlo y gozarlo. También colectiva desde el simple hecho de un ejercicio de liberación, lejos de la sociedad del espectáculo y las validaciones endogámicas que se practican desde la academia escuálida chilena. En este sentido el aporte de La Perrera es abrir el obturador del lente al gesto del hecho de gozar una obra, que la gente con o sin conocimientos acabados decida y se apropie del arte como una actividad más de la vida”, comenta Becerro.
PINTACANES
“Pintacanes”, es una trienal territorial de artes visuales que se hace en conjunto con la Municipalidad de La Pintana, donde se pretende integrar a los propios pobladores, maestros consagrados y artistas emergentes. El ícono quiltro nos sirve allí, una vez más, como elemento sensibilizador, como sentido común, como objeto de diálogo. Pintacanes, es una tarea solitaria y compleja. La gente se integra gustosa de ser considerada en la actividad artística y cultural. Se sienten importantes al ser incluidos, porque en una sociedad como ésta, ellos son los anónimos, los verdaderos terremoteados. La idea de lo colectivo se agradece.
“LOS PERROS DE TERRACOTA” en el Museo de Arte Moderno de Chiloé.
“A los curadores del museo les gustó la muestra y la fina selección que se propuso para una instalación bajo tierra que alude a un hallazgo artístico arqueológico. A modo de las estatuas del ejército de terracota. Una cita al tesoro, a la pieza única valorada por su belleza, contenido e historia. Ahora, lo que allí se instaló sólo fue una parte de la colección por cuestiones de costo, embalajes y contexto”.
Se trató de una instalación en el patio del museo con una excavación que muestra 26 obras escultóricas con forma de un quiltro en fibra de vidrio intervenidas por artistas emergentes, consagrados y pobladores de La Pintana.
REGIONES arte en desarrollo.
“Por una parte a mí de forma egoísta me gusta porque me maravilla aún esa inocencia provinciana. Por otra es aburrida y detestable su estancamiento mediocre en tanto a que escogen y copian lo peor de la ciudad. Tanto como el carrete aturdido y los peores vicios del consumo televisivo. Incluso la moda, las drogas y la delincuencia. Ahora, la fragmentación de Chile no es por su belleza geográfica sino por las estúpidas y mal intencionadas decisiones que se toman desde Santiago. Allí tienes las prácticas de represión en la región de la Araucanía”, concluye Antonio Becerro.
RECUPERACIÓN PATRIMONIAL
“Especialmente desde 2004 en adelante, los artistas y diversos profesionales, como ingenieros y arquitectos ad honorem, hemos realizado un lento proceso de recuperación patrimonial de este edificio, de manera de habilitarlo como una factoría de arte. La idea maestra de este proceso de restauración es recuperar las huellas del dolor animal -los cielos no se tocan porque en ellos están las cenizas de los perros sacrificados-. El edificio resistió perfecto al último terremoto y que su mayor deterioro se debe a las lluvias, ya que durante mucho tiempo permaneció sin el techo original. Hasta la fecha, hemos invertido unos 120 millones de pesos en el rescate de este lugar público”.
LA TAXIDERMIA DE BECERRO
El arte de la taxidermia es lo que primeramente lo viene a consagrar como artista. No solo lo da a conocer como artista, “sino que es un arte mayor en el que descubres las infinitas soluciones de los materiales y el oficio como ritual secreto del artista” dice Antonio.
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Por Pía Sommer Catalán
Cultivos Chilenos
El Ciudadano N°81