Sucedió en Woodland un pueblo de Carolina del Norte donde sus habitantes, se rehusaron a admitir la creación de una granja de paneles solares debido a la evidente posibilidad de que las placas que absorben energía, dejarán sin los beneficios del sol a los habitantes y tierras del lugar.
Diferentes habitantes, incluída una retirada profesora incluso aludieron al peligro de cáncer que este tipo de instalaciones podría traer al tranquilo pueblo.
En tanto, la compañía Strata Solar Company que pretendía construir en la autopista 258 se lamenta de la alta desinformación de los habitantes, ya que el terreno de Woodland es una opción muy atractiva debido a que tiene una subestación que permite a los paneles ser conectados a la red nacional.