La Policía Federal entró hoy a la residencia del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para buscar pruebas sobre los supuestos delitos de corrupción del caso Petrobras.
La Fiscalía investiga desde hace meses al jefe de los Diputados por su presunta participación a la red de corrupción que se articuló desde la empresa estatal y que, según la propia petrolera, se apropió de forma ilegal de 2.000 millones de dólares entre 2004 y 2014.
Los agentes policiales también operaron en las casas del senador Edison Lobao y del diputado Aníbal Gomes, a quienes relacionan con el mismo caso.
Los tres pertenecen al oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), liderado por el vicepresidente Michel Témer, el cual mostró su distanciamiento con la presidenta Dilma Rousseff durante las últimas semanas.
La Fiscalía sostiene que Cunha recibió de la red de corrupción de Petrobras unos cinco millones de dólares que depositó en cuentas bancarias en Suiza, hecho confirmado por la autoridades judiciales de ese país.
Rousseff pendiente de juicio político
Como presidente de la Cámara de Diputados, Cunha decidió impulsar un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff tras considerar procedente una acusación por supuestas irregularidades fiscales ocurridas en 2015 supuestamente para maquillar sus resultados.
Cunha expresó que no lo hacía “por motivación política” pero que debía aceptar esta solicitud “porque su argumentación es correcta, no tiene errores formales y acusa a la mandataria de crímenes de responsabilidad ocurridos este año”. “No lo hago con felicidad, incluso porque se trata de una decisión delicada en momentos en que el país atraviesa una situación difícil, con la economía en crisis y una crisis política”, dijo Cunha.
La oposición asegura que la presidenta incurrió en un “delito de responsabilidad”, que es una de las causas provistas en la Constitución para destituir una mandatario.